El pasado domingo por la tarde, un hombre vestido de militar llegó hasta el domicilio de Norberto Rivera Carrera, el Arzobispo Primado Emérito de México, ubicado en el número 110 de la Calle Camelia, en la colonia Florida, alcaldía Álvaro Obregón.
Llamó a la puerta diciendo que tenía un paquete para entregar; cuando le abrieron, el sujeto disparó contra José Javier Hernández Nava, un elemento de seguridad que custodiaba casa.
Tras disparar contra el elemento de la PBI asignado a la vigilancia del inmueble, al menos tres personas más intentaron ingresar al domicilio, pero desde la caseta de vigilancia fueron repelidos, lo que provoco un tiroteo que duró unos segundos.
Tras repeler la agresión, el policía José Javier Hernández fue llevado a un hospital privado de la colonia Roma, donde murió por una herida de bala en el pecho.
Parecería que fue un hecho más de la violencia creciente en la Ciudad de México; sin embargo, no era un domicilio cualquiera, era la vivienda del cardenal Norberto Rivera Carrera, quien en ese momento se encontraba comiendo al interior del domicilio.
En el lugar quedaron al menos 10 casquillos, mientras que los atacantes escaparon a bordo de dos camionetas.
Por su parte, Norberto Rivera, señaló que desconoce la identidad de los agresores: “No tengo idea de quiénes son ni por qué hayan venido, me di cuenta hasta después de que sucedió. Las autoridades están investigando, saber quiénes son los que vinieron a agredir, y por qué vinieron a agredir”.
Desde febrero, cuando Norberto dejó su ministerio como arzobispo de la capital, tenía a su disposición dos elementos de la Policía Bancaria e Industrial (PBI) para su protección.
Tras el incidente, la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado donde pedía a las autoridades de la ciudad de México esclarecer la balacera registrada en la casa del Cardenal Norberto Rivera.
Desde el Vaticano, el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, lamentó los hechos violentos y el asesinato del policía a través de su cuenta de Twitter.
Pero lo cierto es que este atentado en el domicilio del Cardenal Norberto Rivera pareciera que busca desestabilizar, al igual que muchos otros hechos que se estan dando en este momento en México.
El caso del atentado a la casa de Norberto Rivera de inmediato me recuerda a aquel atentado que causo la muerte del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en mayo de 1993. Un momento muy critico para México, en donde pocos meses después de dio en asesinato del entonces candidato Presidencial Luis Donaldo Colosio, el levantamiento zapatista y una de las peores crisis económicas del país.
Se dijo que el atentado del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, se da por que los hermanos Arellano Félix, habían enviado a hombres armados a atacar a el Chapo Guzmán en un tiroteo en el aeropuerto de la capital jalisciense cuando iba a tomar una avioneta.
Por este crimen es llevado a prisión por primera vez El Chapo. Estuvo detenido 7 años hasta que escapó del penal de Puente Grande. Y en cuanto se fugó tardo poco mas de un año en reconfigurar el cártel.
Oficialmente, se sabe que el Obispo de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado tras recibir 14 impactos de bala junto con su chofer y cinco personas más, el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto Internacional de Guadalajara, Jalisco, como resultado de una confusión de vehículos: el que ocupaba el cardenal ese día y el que usaba Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, a quien se pretendía matar. Gente de los Arellano Félix confundió su vehículo Gran Marquís blanco, como parte de la escolta de El Chapo.
Sin embargo, existen más hipótesis, teorías y mitos sobre el motivo del homicidio del cardenal, entre las que se dice que pudo haber sido planeado, ordenado o perpetrado con móviles políticos; o que fue asesinado por grupos de poder o de crimen organizado que buscaban desestabilizar a México.
José Antonio Ortega Sánchez, el abogado que contrató el Arzobispado de Guadalajara, asegura que Posadas “conocía los nexos del narcotráfico boliviano-colombiano-peruano con algunos políticos mexicanos”.
De acuerdo con el abogado, fue Rodolfo León Aragón, entonces director de la Policía Judicial Federal, quien confesó que su corporación asesinó al Cardenal y eligieron para inculpar al cártel de Tijuana, liderado por la familia Arellano.
El cardenal Juan Sandoval Íñiguez, es uno de los personajes que han querido convertir la muerte de Posadas en un complot político del que no se sabe quién sería el real beneficiario.
El cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo era un hombre clave en la iglesia católica, quizá el prelado más cercano a Juan Pablo II, y uno de los impulsores de la reforma al artículo 130 Constitucional.
Reitero, la muerte del cardenal Posadas desató una escalada de tensiones e inestabilidad en México; después de su deceso siguió el levantamiento zapatista del 1 de enero de 1994, en Chiapas; meses después el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, y del diputado José Francisco Ruiz Massieu en septiembre de 1994.
Muchos grupos radicales y de crimen organizado en este momento quieren desestabilizar al gobierno saliente y también al entrante. El problema tan grave y triste que tenemos en la frontera sur con los migrantes no es casualidad, como tampoco lo es, el atentado a la casa de Norberto Rivera.
LOS ATAQUES
A 25 AÑOS del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo la Procuraduría General de la República (PGR) mantiene abierta la indagatoria. El 26 de julio de 2000 realizó una presentación del informe en el que mantuvo la hipótesis de la confusión (primera foto).
En contraparte, el gobierno de Jalisco y la Iglesia sostenían que había sido un hecho premeditado.
En mayo pasado, en el 25 aniversario por la muerte del cardenal, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su confianza en que algún día se esclarecerá el caso. El 24 de mayo de 1993 el Arzobispo se encontraba en el aeropuerto de Guadalajara para recibir al entonces nuncio apostólico de México, Girolamo Prigione; al descender de su automóvil se desató el tiroteo en el que murió junto con su chofer y cinco personas más.
Ayer, expertos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX), realizaron peritajes en dos vehículos que se encontraban estacionados sobre la calle Pedro Luis Ogazón y Angelina, en la colonia San Ángel, debido a que presuntamente se registró una explosión muy cerca de la casa del excardenal Norberto Rivera Carrera (segunda foto).
Por la tarde, Rivera Carrera acudió a la funeraria donde velaron los restos del señor José Javier Hernández Nava, su chofer y escolta, quien tenía 41 años de edad, mientras que autoridades capitalinas ya tienen el retrato hablado de uno de los hombres que atacaron la casa del prelado.