Federico Guzmán Rubio

La Vorágine fue la única novela que escribió José Eustasio Rivera, poeta y diplomático colombiano, a los treinta y cinco años. “La vorágine describe la realidad social de las regiones del Orinoco y el Amazonas. Es una historia épica que describe un violento proceso de desintegración física y moral. La selva devora el hombre y el cauchero es explotado, el hombre se engulle a sí mismo al participar en el conflicto que lo destruye”, afirman los críticos Aarón Alboukrek y Esther Herrera

La escritura salvaje: cien años de La vorágine

Los cronistas latinoamericanos, señala Leila Guerriero en Zona de obras, han practicado por décadas ese oficio literario desde "la tozudez y la convicción de que dar cuenta de una realidad compleja valía la pena [...] lo vienen haciendo desde hace años, con antigua insistencia carpintera, y a pesar de modas, intereses, indiferencias, crisis". Años antes de que estallara el reciente conflicto en Gaza —en octubre de 2023—, dos autoras y un escritor de nuestro continente echaron mano de la crónica para contar una situación humillante y de riesgo en la zona. Federico Guzmán Rubio revisa los libros sobre Palestina publicados por la chilena Lina Meruane (2021), la mexicana Irmgard Emmelhainz (2017) y el peruano-español Mario Vargas Llosa (2006)

Crónicas latinoamericanas sobre Palestina

La travesía de Roberto Bolaño logró combinar un rastro de leyenda con un rotundo éxito internacional. Su reconocimiento incluye también una especie de culto, sin descartar algunos detractores. Con motivo de su 70 aniversario natal y vigésimo aniversario luctuoso, Federico Guzmán Rubio perfila en el siguiente ensayo las claves decisivas y la relevancia de una experiencia literaria radical, que además de honrar a sus antecesores tomó la estafeta para escribir una obra que hoy puede leerse como el epílogo de esa tradición que conocimos como la gran novela latinoamericana

El escritor del fin del mundo

El movimiento del Boom latinoamericano, que en los 60 y 70 llevó las letras hispanas de nuestro continente a todo el mundo, concentra paradojas. Aunque dos mujeres fueron cruciales en su conformación, ninguna autora protagonizó aquella ola latina, en la que María Luisa Bombal y Elena Garro merecían figurar. La reciente publicación de Las cartas del Boom —que incluye las misivas entre Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Julio Cortázar—, lleva a Federico Guzmán Rubio a revisar su génesis y contradicciones, cuáles rasgos le dieron forma y qué precipitó su final, además de la relevancia de los lectores en ese fenómeno de ventas

Las cartas de un adiós y el boom

Una escritora que supo conjugar el realismo con la literatura fantástica, apropiarse de la vanguardia latinoamericana y hablar con desenfado de experiencias propias del cuerpo femenino, silenciado hasta entonces en nuestras letras: en un mundo dominado por voces masculinas, María Luisa Bombal fue desafiante, subversiva.Federico Guzmán Rubio explora por qué La amortajada (1938) —la historia de una muerta que se asoma desde el féretro para rememorar su vida— fue una novela audaz para su tiempo y lo sigue siendo para el nuestro.

La insolente audacia de María Luisa Bombal

“No he reescrito el libro. He mitigado sus excesos barrocos, he limado asperezas, he tachado sensiblerías y vaguedades [...] he sentido que aquel muchacho que en 1923 lo escribió ya era esencialmente —¿qué significa esencialmente? — el señor que ahora se resigna o corrige”, escribió Jorge Luis Borges en 1969, al prologar la edición revisada de su libro debut, de 1923. A cien años de aquel volumen de poemas, Federico Guzmán Rubio lo sitúa ante las vanguardias y revisa la paradoja de su propuesta, que ya contiene el universo de un autor excepcional

Fervor de Buenos Aires o el inicio de la fuga

Roberto Bolaño

El escritor del fin del mundo

La palabra original

Escrituras sobre embarazo y maternidad

Ricardo Garibay

El hombre que vio la luna de frente

Armonía Somers

Una fantasía insumisa