Juan Domingo Argüelles

“Cada escritor crea a sus precursores. Su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro", señala Jorge Luis Borges en un ensayo. Sí, es una de las voces menos previsibles de la literatura universal, pero tras leerlo creemos reconocer una impronta suya en textos previos a él. Nos marca de manera definitiva, aunque el mundo desconocería al nacido en Praga si Max Brod, amigo cercano, hubiera cumplido la última voluntad del creador: destruir cada texto suyo. Por el contrario, lo difundió con devoción. En este 2024, cuando se conmemoran 100 años del fallecimiento de Franz Kafka, Juan Domingo Argüelles indaga en lo universal de su mirada sobre el desaliento humano.

Son nuestras las pesadillas de Kafka

Si bien existe la idea de que, en sus varias manifestaciones, la Inteligencia Artificial (IA) desplazará muy pronto al ser humano en trabajos y tareas, existen costados aún sin pulir en los avances tecnológicos. Un ejemplo descomunal, señala Juan Domingo Argüelles, es el chatbot Bing, un motor de búsqueda que ofrece responder “cualquier duda” que se le plantee. Por más de dos años, como parte de un proyecto de investigación, el escritor ha mantenido pláticas con ese robot y comparte sesgos, falacias, hasta berrinches de una herramienta que se presume objetiva. La exposición de estos rasgos ofrece una mirada inquietante sobre los chabots de IA

Bing: preguntas a un robot irascible y falaz

Los orígenes mexicanos de este género musical se rastrean a los años 30 del siglo XX: ahí aparecen temas como "El Pablote", que presentan una moraleja del tipo: "No se metan en esto". Su presencia latente cobra un auge inusitado a partir de los 70 y 80, cuando las crisis tanto sociales como económicas desgarran el tejido social y el narcotráfico comienza a ser visto como vía de ascenso, de poder. Juan Domingo Argüelles entrevista a un especialista en narcocorridos, Juan Carlos Ramírez-Pimienta, profesor en la San Diego State University, quien desgrana esa transformación y explica qué atrae hoy a millones hacia los tumbados de violencia y lujo sin límite

Narcocorrido: De la moral a celebrar el delito

"Doloridas, sin consuelo, vienen a cumplir el oficio de llorar a sus hermanos", señala el coro en Los siete contra Tebas, de Esquilo. En estas páginas, como en el teatro griego, dieciséis voces se reúnen para recordar, para subrayar sus afectos por el director de este suplemento desde su aparición, en junio de 2015: Roberto Diego Ortega. El conjunto destaca un gesto, un carácter, una memoria tejida a través de la amistad de años o de pocos meses de intercambiar correos. El conjunto aplaude su vida noble, su trabajo más que luminoso. Descanse en paz.

Mi último amigo

Paraíso

Los orígenes de este fenómeno social se remontan al siglo XIX. En años recientes, su expresión musical y sus letras alcanzan una popularidad arrasadora, con apologías de la vida narca a manera de aspiración e ideal que han acompañado a varias generaciones, incluyendo desde luego a los niños y jóvenes de hoy.La delincuencia aparece bajo el glamur del heroísmo, con mujeres hermosas, dinero a raudales, armas, impunidad y ostentación que no excluye el asesinato. El siguiente ensayo desmonta las claves, con un recorrido histórico y un análisis puntual de los elementos en juego, su sentido, su mensaje

Narcocorrido: Crónica y espejo

Un lugar común ampliamente aceptado proclama la bondad implícita, la capacidad redentora de la lectura. El siguiente ensayo avanza a contracorriente de esa noción, la cuestiona como una forma de la demagogia que designa un valor positivo para cada ejemplar, al margen de su autor o su lector: un planteamiento por demás equívoco, de acuerdo con estas páginas, sin duda incómodas para el fin de semana en que se festeja el Día Internacional Del Libro.

Mentiras y clichés del libro y la lectura

De leones a corderos

Los genuinos y los falsos

Gabriel Zaid

Cincuenta aniversario: Los demasiados libros

Es uno de nuestros autores más furiosos —dicho por él, en charla publicada en la Revista de la Universidad de México (abril, 1992). En esa ocasión también reconoció: “Creo que soy muy desvalido, que toda la imagen de fuerza que doy, dentro de mí, no es más que una constante quebrazón, una abrumación, una especie de incapacidad que se traduce en vigor”. Lo que no es cuestionable es su escritura descomunal, el ritmo de esa prosa única. Juan Domingo Argüelles indaga en los rasgos distintivos de la obra de Garibay, así como en el encono que le profesó el mundillo literario y él correspondió en toda línea.

Ricardo Garibay, memorialista impar