La penuria laboral que han provocado los meses de pandemia deja sentir su dureza en este foco singular de la Ciudad de México, la zona de La Viga, conocida primero por su comercio de mariscos, luego por el florecimiento de restaurantes que acompañaban —hasta el año pasado— sus productos del mar y buffets con músicos que complacían a la clientela, apoyados en un vasto catálogo de canciones populares. Es un modus vivendi en espera de reanudarse. Esta crónica detalla cómo han vivido la emergencia en carne propia.
Al son de La Viga
Moisés Castillo