Quizá no hubiéramos imaginado que el escritor de 1984, George Orwell, fuera un apasionado de la jardinería y de cultivar rosales que prefirió vivir en el campo alejado de todo y observar los pequeños detalles de la naturaleza. La escritora Valeria Villalobos recoge algunas reflexiones del libro Las rosas de Orwell de Rebecca Solnit para descubrir la figura de un hombre que, en medio del caos en la guerra, consciente de un mundo descarnado, fue capaz de admirar la belleza de las flores
Crocus por doquier
Valeria Villalobos Guízar