KIA Forte Hatchback 2019, divertido y atractivo

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Foto: larazondemexico

KIA trae a nuestro mercado la nueva generación del Forte, dramáticamente más atractiva a nivel visual y con la novedad de que incorpora un motor 1.6 litros turbocargado para la versión GT, con lo cual gana una personalidad más deportiva, que vaya que le hacía falta.

En la versión GT, cuenta con un motor 1.6 litros turbo que entrega 201 hp y 195 lb-pie de torque y que va asociado a una transmisión automática de doble clutch y siete cambios. La tracción es al eje frontal.

Las versiones EX y GT Line mantienen la misma propuesta mecánica del Forte sedán, es decir, un 2.0 litros asociado a cajas manual o es continuamente variable iVT.

Otro cambio interesante en la versión GT es que reemplaza el eje trasero con suspensión de barra de torsión, por uno de geometría multibrazo. Además, la suspensión tiene un ajuste más firme que demuestra que la firma se tomó en serio la intención de entregar un vehículo de comportamiento más deportivo.

La parte frontal y hasta pasado el poste B no presenta demasiados cambios con respecto del Forte sedán, si acaso, al ser la versión GT encontramos acabados en negro brillante para la parte inferior de la facia frontal, las entradas de aire en donde van montadas las luces direccionales y la parrilla, que además suma decoraciones en color rojo, que de alguna manera recuerdan un poco a la solución utilizada en el Golf GTI.

La carcasa de los espejos laterales tiene acabado en negro brillante y además encontramos un faldón que fortalece la apariencia deportiva, eso sí, los rines, si bien son atractivos con ese diseño de cinco brazos dobles, parecen pequeños, sobre todo tratándose de la versión deportiva.

Conforme vamos hacia el medallón, nos damos cuenta que el KIA Forte Hatchback tiene poste “C” que termina con la puerta trasera y luego un poste “D” tendido, con lo cual podríamos decir que es más una wagon recortada que un hatch tradicional, una solución similar al A3 Sportback y de ninguna manera es algo negativo, al contrario, la solución de la parte trasera es muy agraciada.

Adentro nos encontramos una cabina prácticamente igual a la del Forte sedán, formas atractivas, así como buena calidad de ensamble y materiales son una constante.

Destacan los asientos deportivos forrados en cuero sintético con costuras en color rojo y el anagrama GT bordado en el respaldo. El volante, por su parte, está forrado en cuero y también cuenta con costuras en color rojo. Los detalles, la leyenda GT o la moldura en el tablero completan las diferencias con respecto de los Forte de aspiraciones menos deportivas.

En cuanto al equipamiento, no falta nada; la pantalla central táctil es de 8” y cuenta con compatibilidad con Carplay y Android Auto, el climatizador es automático de dos zonas, el volante es multifunción, hay quemacocos y tanto acceso como arranque son mediante llave inteligente.

Tras el volante, lo primero que destaca es que la marcha se siente bastante más dura en comparación con el Forte sedán, en parte se debe a que la suspensión tiene un ajuste más firme sí, pero también creo que los asientos son menos cómodos de lo que deberían. Ofrecen buena sujeción lateral, pero no son muy acojinados, y aun cuando los reglajes son eléctricos, me costó encontrar una posición confortable.

La capacidad de respuesta es buena, aunque hay bastante más turbo lag del que esperaba, con lo cual, en baja rotación las reacciones son un tanto lentas.  Cuando entra la asistencia del turbo, se percibe una patada y luego, la entrega de par se vuelve constante hasta cerca de las 5 mil vueltas, momento en el cual se siente que la potencia se empieza a caer, eso sí, sucede ligeramente después que en el 1.4 TSI de Volkswagen.

La adición de la transmisión de doble clutch es una gran noticia y es en buena medida la razón de que este Forte Hatchback GT se sienta tan dramáticamente más ágil y divertido que el Forte con caja iVT, que, dicho sea de paso, trabaja muy bien, pero de deportivo no tiene nada.

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