El monocasco es el mismo de todos los Sanderos, un hatchback de cinco puertas, las diferencias están en todos los componentes mecánicos. El RS porta un motor código F4R con cabeza de aluminio y monoblock de hierro de cuatro cilindros de 2.0 litros y 16 válvulas, que entrega 145 hp en el rango de las 5,750, el torque es de 146 lb-pie en el rango de las 3,750 rpm. Acoplada al motor está la caja de accionamiento manual de seis cambios, el tren motor está montado transversalmente y la tracción es delantera.
El esquema de suspensiones es McPherson delantero y Eje SEMI Rígido trasero con barra de torsión y calza rines y llantas de 17 pulgadas. Los frenos son de disco en las cuatro ruedas, los delanteros ventilados de 280 mm y los traseros de 240 mm, con ABS y control de estabilidad ESP.
Las dimensiones son 4,068 mm para la longitud total, la altura es de 1,499 mm, el ancho es de 1,727 mm, la distancia entre ejes es de 2,590 mm y por último el peso es de 1,171 kilogramos.
Sin duda la carta fuerte de este modelo es el manejo, pues gracias a la puesta a punto de la suspensión y al escalonamiento de la transmisión de seis cambios, sumado al motor, que entrega básicamente las mismas cifras de potencia y torque, los que saben de eso agradecen ese balance, ya que el manejo es ágil y divertido. El único pero que le pondremos es que la dirección electroasistida no está a nivel del resto de los componentes, es errática y artificial en manejo deportivo, eso sí cómoda en maniobras de estacionamiento.
La apariencia alta del Sandero RS nos haría pensar que la carrocería sufriría mucho rolling al abusar en las zonas sinuosas de una carretera o al acometer las curvas de un circuito y la sorpresa es que no sufre del mencionado balanceo.
El arranque es bastante predecible, al romper la inercia es rápido, pero al ser normalmente aspirado no acelera como quisiéramos, gana revoluciones de forma constante y pareja, si seleccionamos el modo Sport+ podemos hacer los cambios en un rango de 6,500 rpm, y justo antes de la entrada del gobernador de corte de inyección hay una alarma lumínica en el cuadro de instrumentos y un beep que nos indica que debemos cambiar de velocidad.
El eterno problema de los hatchbacks es la falta de peso en el eje trasero, entonces cuando hay curvas que se toman en alta velocidad, y por transferencias de peso, el eje trasero se vuelve nervioso y muy suelto, digamos… de cascos ligeros, pues… al Sandero RS no le pasa eso, y el recato de la parte posterior en zonas sinuosas es como el de una señorita muy bien educada.
Un detalle –que lamentablemente creo que pasará de noche- es una tapita que se puede quitar en el pleno del filtro de aire del RS, y que hace que el motor se escuche más ronco y divertido. Al quitar la tapa For Track Only no se gana potencia ni torque, pero la diversión aumenta, un buen detalle pensado por los desarrolladores de Renault Sport.
Dejo al final los interiores, que son los que se pueden esperar de ese segmento de hatchbacks de entrada, las tapicerías tienen toda la onda deportiva, el cuadro de instrumentos y los detalles RS resaltan en el interior, lo que si se podría mejorar son la calidad de los plásticos duros de los paneles de las puertas, o en el tablero.
El modelo 2019 está dotado de un sistema MediaNAV que ofrece una pantalla táctil de 7 pulgadas, ofrece una conexión USB y Aux (en el marco del sistema) cosa que desentona un poco, ofrece Bluetooth Audio, para gestión de audio comprimido en MP3 y con la combinación de botones localizados a la derecha de la columna de la dirección se pueden manipular las funciones básicas (contestar, volumen y finalización de la llamada) de un teléfono enlazado.
El Sandero RS ya se había vendido en México en 2015, pero tuvo una errónea campaña de difusión, simplemente la gente no se enteró de lo que el producto ofrecía, el consumidor pensó que era una versión mucho más agresiva visualmente, con rines más grandes y decorados en la carrocería que lo hacían ver más deportivo, pero nunca se enteró que la verdadera diferencia estaba en los componentes mecánicos, y como lo comento al inicio de esta prueba, las diferencias no se ven se sienten, y vaya que se sienten bien.