Con el diario del lunes bajo el brazo, es fácil marcar los puntos importantes en la historia de una marca. Pero muy pocas veces podemos predecir con seguridad cuáles serán los sucesos que en el futuro marcarán un hito en la línea temporal de una compañía. El pasado 9 de septiembre, Volkswagen presentó el nuevo ID.3 y con él no sólo presenta su primer modelo 100% eléctrico, sino que cambia de paradigma como fabricante.
El punto de inflexión está representado en su nuevo modelo, el ID.3.
Hace rato que la marca lo venía adelantando como su primer modelo concebido para ser 100% eléctrico, bajo su nueva plataforma MEB.
Estéticamente, es como si tomáramos un poco del Up! y un poco del Golf y luego lo mezcláramos con un poco del Nissan Leaf. El resultado es un vehículo muy simpático de frente, con las inconfundibles proporciones de un Volkswagen desde su lateral y líneas angulosas, pero amigables, con unas llamativas “pecas” en las facias y el pilar C.
Puertas adentro lo primero que llama la atención es el diseño muy bien logrado, donde todo el protagonismo se lo lleva la enorme pantalla central orientada al conductor y el comando para seleccionar marcha (D, R, N o P) por detrás del volante. Los pedales de acelerador y freno tienen los logos de “play” y “pause”, respectivamente.
El Volkswagen ID.3 comenzará su comercialización en abril de 2020 y su preventa fue un éxito total, ya que al menos 22 mil personas depositaron €1,000 en concepto de reserva para un auto que se estima rondará en los €30,000, aunque su precio variará según los incentivos fiscales de cada país y ciudad.
En un comienzo, el ID.3 se comercializará con un paquete eléctrico compuesto por una batería de 58 kWh, suficiente para una autonomía de 420 kilómetros. Todavía no hay confirmación, ni mucho menos fecha de su llegada a México.
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