Es un vehículo grande y alto, las medidas nominales son 4,992 mm para la longitud total, el ancho es de 2,004 mm y la altura es de 1,745 mm. La distancia entre ejes es de 2,975 mm. Los ángulos de entrada y salida son de 22.2º y 22.3º, respectivamente, y se logran esos ángulos gracias a los cortos voladizos, el ángulo ventral es de 20.2º y por último la altura con relación al piso es de 214 mm. Calza rines de 21 pulgadas en el eje delantero y de 22 pulgadas en el eje trasero con llantas 295/35 y 315/30, respectivamente, ambas marcadas con código Y de velocidad (300 km/h)
Esta versión monta el motor más poderoso que se haya instalado, un V8 de 4.4 litros Twin-Turbo.
Como mero dato cultural, la versión M de la X5 que no es Competition tiene las mismas especificaciones, pero la entrega de potencia es inferior ya que “solamente” entrega 530 hp.
Aquí encontramos lujo, buenos materiales y los mejores acabados disponibles. De entrada, nos olvidamos de los indicadores tradicionales de agujas que tanto le gustaban a los interioristas de BMW -todos eran iguales- y en cambio hoy nos encontramos un clúster de instrumentos completamente virtual y configurable de 12.3 pulgadas, y al centro del tablero nos encontramos otra pantalla de las mismas dimensiones, pero con funcionamiento táctil y por gestos.
Al situarse detrás del volante de un vehículo de estas características, el bombardeo de sensaciones, texturas e incluso aromas es una constante, y cuando uno acaba de digerir algún detalle interesante inmediatamente resalta otro.
Dejemos los botones del Panamera y regresemos a la X5 M Competition que, pese a ser un vehículo con elevada sofisticación tecnológica, no intimida tanto.
Otorgarle vida al V8 es tarea simple, sólo hay que presionar el botón y un espectáculo digital debuta ante nuestros ojos, ya que las dos pantallas -la del cuadro de instrumentos y la central- empiezan a desplegar información.
Para iniciar la marcha sólo hay que manipular la palanca selectora de la caja de cambios, que en realidad ya es un “joystick” y posicionarla en D para iniciar.
Pese al bajísimo perfil de las llantas la suspensión no se siente dura, rígida sí, pero confortable, claro en ciudad hay que cuidar no caer en baches, pues pese a la dureza lateral de la llanta, ésta puede sucumbir y romperse.
Cuando tomamos carretera es en donde salen a relucir todas las características deportivas, las aceleraciones son brutalmente rápidas y es capaz de hacer el 0 a 100 en 3.8 segundos, y no se nos olvide que tenemos una masa de 2,210 kilos.
La caja de cambios hace su trabajo de forma rápida y además el conductor tiene la opción de accionarla con paletas en el volante, y por si esto fuera poco tenemos dos programas de conducción deportiva denominados Sport y Sport+ en donde se modifican muchos parámetros de aceleración y hasta el sonido del escape cambia.
El aplomo es tal como si estuviéramos tras el volante de un deportivo italiano de motor central, y si bien las dimensiones del X5 M Competition no conjugan con una pista de carreras, estando dentro de ella el trabajo dinámico es impecable, ya que no hay Rolling de la carrocería pese a la altura de casi 1.75 metros.
Manejar un vehículo con estas prestaciones se agradece profundamente, y no hay trayecto que canse, pues la adrenalina que nos regalan 625 hp a disposición del pie derecho evitan que eso pase.
- El dato: Un vehículo de este nivel conjuga muchos factores: desempeño, habitabilidad, confort y muchas más.