Ante el ojo no cuidadoso podrán pasar desapercibidas las diferencias entre las carrocerías del Coupé y del Convertible.
El diseño del Corvette Convertible es prácticamente idéntico al del Corvette Coupé; el frente, las puertas y la carrocería en general son iguales, en donde encontramos cambios sutilmente radicales es en la zona central trasera del vehículo. Aquí las cosas cambian y su funcionamiento es completamente distinto, mientras en el Coupé vemos un Poste B grueso en el convertible vemos esas líneas un poco más sutiles.
En la parte central se aloja el motor LT2 de 6.2 litros que está acoplado a una caja de doble embrague de ocho cambios.
El esquema de suspensión es de horquilla doble en las cuatro esquinas y está dotada de un sistema denominado Magnetic Ride Control que consta de amortiguadores con fluido magnetoreológico que nos brinda la rigidez necesaria en condiciones de manejo deportivas. El Stingray Convertible está dotado de un mecanismo que permite elevar parte delantera de la carrocería hasta 2 pulgadas, que facilitan las maniobras en rampas de estacionamiento o para librar topes.
Las tapicerías son de piel Napa y están perforadas en la zona central, en el caso de nuestro vehículo de prueba la piel era color ostión y ese tipo de tonalidades es prácticamente imposible mantenerlas limpias, aunque lucen increíble.
En los interiores hay muchísimos elementos funcionales y estéticos que hay que identificar, por ejemplo, la cubierta superior del cuadro de instrumentos -donde también se localiza el proyector del Head Up Display-, y si se observa por un costado parece una mantarraya “volando” por las aguas y que lo hace directamente hacia nosotros.
Ya que se habla del cuadro de instrumentos, les comento que como ya es una constante en los vehículos de alta gama, ya no hay instrumentos tradicionales de agujas y todo de lo que el piloto se deba enterar lo hace viendo las proyecciones de un clúster digital de 12 pulgadas, enmarcado en fibra de carbón, que le brinda al conductor información de las diferentes condiciones de manejo y para seleccionarlas hay que hacer uso de una perilla giratoria. Aprovechandoque estamos en esa zona del habitáculo, analicemos un poco de los controles de la caja de cambios, ya no encontramos una palanca selectora, ahora son botones que se jalan o se presionan según la aplicación requerida y en la parte más baja de la selectora tenemos la opción de activar los cambios manuales de la transmisión, que se efectúan con las paletas localizadas detrás del volante.
El Corvette Stingray C8 está muy bien construido y a la altura de los grandes deportivos italianos o alemanes de alta gama. Es un coche con una personalidad aplastante, llamativo, con un gran diseño que no recurre a adiciones estrambóticas como algunos cuyo emblema es un toro que valen más del doble o el triple.