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Mazda3, fantástico sedán compacto

La variante turbo de este vehículo es potente, cómoda y aplomada; su hábitat natural son las autopistas y caminos con curvas

Su precio es de 394 mil 900 pesos. Foto: Autocosmos

Por fin, luego de bastante tiempo de espera la ansiada motorización turbo llega al Mazda3 Sedán.

Bajo el cofre encontramos el fantástico, pero sediento 2.5 litros sobrealimentado que entrega 227 hp y unas muy saludables 310 lb-pie de torque, que va asociado a una caja automática de seis velocidades que envía la potencia a las cuatro ruedas.

Al tener una configuración de 3 volúmenes, el 3 Turbo encuentra pocos rivales en nuestro mercado. Definitivamente el más frontal es el KIA Forte GT, que es una decena de miles de pesos más accesible, aunque emplea un motor más pequeño y menos potente.

Caja automática de seis velocidades.

El exponente coreano es un rival bastante competitivo, incluso podría afirmar que se ubica en la parte más alta del segmento de los sedanes compactos (Jetta, Sentra, Corolla, etc.) Esto claro, mientras no existiera el Mazda3 Sedán Turbo, que es superior en buena parte de los rubros; refinamiento, manejo y calidad percibida del interior.

Al igual que el resto de la familia Mazda3, el 3 Turbo es impecable desde adentro, buena calidad de materiales y ensamble, así como un nivel de equipamiento muy adecuado.

Los asientos y el volante están forrados en piel.

Asientos y volante forrados en piel, quemacocos, climatizador bizona, acceso y arranque mediante llave inteligente, en realidad no falta nada.

Como siempre lo he dicho, la experiencia a bordo del Mazda3 es excelente y aunque no es premium, de las marcas generalistas, sí es la que más se acerca.

Las superficies son suaves al tacto, los insertos metálicos en molduras y botoneras están bien cuidados y toda la botonería presenta una solidez muy agradable cuando la presionas.

Motor Skyactiv G 2.5 Turbo que ofrece hasta 250 hp.

Tras el volante, el Maz-da3 Sedán Turbo es una maravilla, la respuesta es contundente en toda la banda de revoluciones, siempre hay potencia y de sobra, ya sea para incorporaciones, recuperaciones o rebases. Su hábitat natural, definitivamente las autopistas, ¿caminos con curvas? También gracias al AWD, pero no para ritmos de rally, siempre que no abuses del pedal de freno.

Ya lo habíamos mencionado en su momento, las variantes turbo del Mazda3 no traen de fábrica modificaciones ni en suspensión o frenos con respecto de las variantes 2.5 aspiradas, entonces, aunque sí hay sobre todo mucho más torque, el chasis no tiene un ajuste netamente deportivo, de hecho, ese balance entre refinamiento, buen aislamiento, aplomo, comodidad y contundencia en la respuesta es lo que más me gusta, es un enfoque que caracteriza siempre a las versiones terrenales de los sedanes de las marcas premium europeas, léase Serie 3, A4, S60 o Clase C por mencionar algunos.

Respuesta contundente en toda la banda de revoluciones.

Qué gran producto es el Mazda3 Sedán Turbo, potente, bien terminado, cómodo, bien plantado y con esa retroalimentación que hace especiales a los Mazda.

Un fantástico tope de gama para la familia del Mazda3, que lo que pide es ir seguido a la gasolinería.