Vamos casi 20 años atrás para conocer los antecedentes de este deportivo. En el 2003 Audi nos presenta el Audi Lemans Quattro Concept en el IAA y devela sus intenciones de crear un superdeportivo de dos plazas.
La primera vez que lo vimos en acción no se llamaba R8, sino RSQ Concept y su debut no fue en un salón del automóvil, fue en una película llamada I Robot, en el 2004.
Ese mismo año, Audi presenta el RSQ Concept en el Salón de NY y por último el auto conceptual del R8, ya con el nombre R8 se presenta en el Salón de Ginebra 2003 y hubo que esperar tres años la presentación del R8 en el Salón de París en el 2006.
Diseño. Las líneas del R8 son inquietantes por donde se mire, el frente es realmente intimidante, los costados son limpios y la parte trasera está marcadamente enfocada a las inmensas salidas de escape ovales, una de cada lado que flanquean el bajo deflector trasero que nos devela el gran trabajo aerodinámico que hay por debajo del R8 que además de dirigir los flujos de aire, se encarga de mantener al V10 fresco y con una buena dotación de aire disponible para que los “intakes” alimenten al sistema de inyección.
Especificaciones. En el caso de la versión que nos ocupa tenemos el poder de tracción en el eje posterior, que llega a las inmensas llantas mediante una caja de cambios robotizada de doble embrague apta y resistente para administrar ese poder.
Tren Motriz
• Motor: V10 FSI de 5.2 litros
• Potencia: 570 hp @ 8,000 rpm
• Torque: 450 Lb-pie @ 6,400 rpm
• Transmisión: S tronic de 7 Cambios
Interior. Nuestro vehículo de prueba nos ofrece unos interiores sobrios en dos colores y con una combinación de materiales de alto nivel -no nos olvidemos del precio- las tapicerías de los asientos son el piel color rojo, con un tramado de rombos en la parte central y un pespunte en todo el perímetro y pese a no ser unos “bucket seats” pensados para ir a grandes velocidades y soportar cargas laterales en curvas, la sujeción es muy buena y la postura de manejo es impecable, en zonas trabadas de una pista el conductor y el acompañante simplemente no se moverán de sus lugares.
Manejo. Un vehículo de estas características lo tenemos que probar en una pista de carreras, y por ello acudimos al Autódromo Nanán y Moisés Solana a unos 100 km de la CDMX.
El diseño del interior está completamente enfocado al manejo, el conductor tiene un perfecto campo visual de todos los instrumentos, y una vez sentado al volante se comprende la audacia de los estilistas de Audi en tener el atrevimiento de no colocar una pantalla central que dicho sea de paso ni se extraña.
No debemos olvidar que justo en la espalda tenemos un V10 que nos entrega 570 caballos de fuerza, un poder demencial si tomamos en cuenta que un Porsche GT3 del mismo año nos ofrece un poco más de 500, y si no me crees te invito a leer la prueba de ese modelo que probamos en esta misma pista hace poco.