Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Europa se estaba reconstruyendo y requería de transporte eficiente y accesible, así que en muchos países del Viejo Continente comenzaron a surgir vehículos que hoy son iconos de la industria automotriz, uno de ellos el Mini.
A pesar de que fue presentado en abril de 1959, fue hasta el 26 de agosto de ese año que el Mini llegó al mercado y en su primer día vendió más de 2 mil unidades.
El Mini es obra del diseñador británico (nacido en Grecia) Alec Issigonis, quien tuvo la dura tarea de crear un auto de 3.0 metros de largo por 1.2 de ancho, donde cupieran de la forma más cómoda posible cuatro personas y su equipaje.
El motor tenía que ser uno de los que ya fabricaba la British Motor Corporation (BMC), e Issigonis planteó colocarlo en posición transversal para reducir el tamaño del cofre. Además, con la transmisión colocada al lado y la tracción en el eje delantero, todo era espacio para el habitáculo y la cajuela.
El desarrollo de este modelo fue a petición de Leonard Lord, director de BMC, quien no quería ver más autos abombados importados de Alemania, además de que en 1956 la Crisis del Canal de Suez generó graves problemas en el abasto de combustibles al Reino Unido.
Es probable que ninguno de estos dos hombres estuvieran conscientes de que crearon un icono del automóvil mundial, un modelo que fue considerado el segundo más influyente en la industria.
Su éxito fue tal que se licenció el diseño y la producción a varios fabricantes en el mundo, haciéndolo un modelo global y con variantes como la versión larga Clubman, una pick up, el Countryman (un wagon con acabados exteriores de madera) y una vagoneta de carga, entre otros.
Sin embargo, su punto máximo y tal vez donde comenzó a recibir más atención mundial, llegó en 1964 cuando un Mini Cooper ganó el Rally de Montecarlo, la prueba más prestigiosa de esta especialidad del deporte motor.
John Cooper, ingeniero, dueño de un equipo de Fórmula 1 y amigo de Issigonis, vio el potencial del Mini como un auto de competencia, así que lo modificó para correr en distintos rallies. El triunfo resonó tanto y fue tan importante, que el nombre Mini Cooper aparece en los modelos actuales, como un homenaje a un vehículo que trascendió su era.
En total se desarrollaron cinco generaciones, que en realidad tenían pequeñas mejoras y, sobre todo, elementos que se iban adecuando a la época.
En 1994 BMW compró al grupo Rover, que poseía a Mini, MG, Land Rover y la misma Rover; sin embargo, en el 2000, el grupo alemán decidió disolver el conglomerado y vender sus marcas.