Dodge Journey 2022 supera expectativas

La Journey 2022 no es un simple rebadge, el equipo de Ralph Gilles responsable de diseño de Dodge, se encargó de imprimirle algo del ADN de la marca americana, aspectos que se pueden apreciar en el frontal, con la parrilla negra y trazos similares a los de un Charger, mientras que atrás podemos encontrar los grupos ópticos de diseño Redline, mismo lenguaje que podemos ver en la Durango o nuevamente el Charger.

No hay cambios en los estampados, pero las formas redondeadas y orgánicas de la Journey curiosa y casualmente le dan un aire de congruencia con el diseño de otros Dodge.

Puertas adentro encontramos una calidad percibida muy buena, los plásticos de las partes superior y central del tablero, así como del panel de la puerta, son suaves al tacto, mientras que bajos de tablero y paneles de puerta son duros.

Visualmente y al igual que sucede con el exterior no hay sorpresas, la apariencia es atractiva, pero un tanto genérica, aunque en cambio, ofrece mucho equipo de serie.

El sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 8” es compatible con Apple CarPlay y tiene además mirror link.

Quemacocos panorámico inmenso, asientos forrados en cuero sintético tienen enfriamiento y calefacción y además hay climatizador.

Atrás el espacio es en verdad grande, me atrevería a decir que tres adultos de talla media van a viajar con buen nivel de comodidad, esto también gracias a que el piso es plano y eso ayuda a los pasajeros posteriores a llevar las piernas en una posición más agradable para todos.

La Journey tiene bolsas de aire frontales, laterales, ABS y ESP desde la versión base (SXT), pero lamentablemente las de cortina están disponibles a partir de la versión intermedia (Sport) que desde mi punto de vista es la mejor compra de las tres.

A partir de la versión Sport encuentras cámara de 360°, alerta de colisión frontal, alerta de abandono de carril y monitor de punto ciego

El motor tiene una banda de entrega de par bastante amplia, la transmisión efectúa los cambios de manera suave y es rápida, además de que encuentra con facilidad la relación adecuada para aprovechar bien el par motor.

Claramente no hay intenciones deportivas aquí, pero la capacidad de respuesta es adecuada y no tiene problemas para efectuar rebases o recuperaciones, ni tampoco para alcanzar con relativa rapidez buen ritmo para carretera. Eso sí, tal y como sucede con este tipo de motores de bajo desplazamiento, conforme aumenta el régimen de giro, disminuye la entrega de potencia y en alta se alcanza a percibir la manera progresiva en que deja de empujar el pequeño 1.5 litros. Esto es algo normal.

Asimismo, los consumos debieran ser contenidos, sobre todo si se opera en modo ECO.

Por su parte, la dirección tiene buena calibración y comunica bien, mientras que la suspensión con marcada orientación al confort absorbe bien las imperfecciones del camino, aunque el trabajo es algo ruidoso.