La versión más salvaje y deportiva en la historia del Mustang se presentó en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach en agosto pasado, pero fue hasta el Salón de Detroit que pudimos verlo en vivo y quedar babeando con cada uno de los detalles de este Mustang GTD.
Todos los elementos, acabados y el diseño son de otro nivel, una muestra del poder económico y tecnológico de Ford. Es imposible no pasar horas viendo esta máquina.
El potro más radical está basado en el Mustang de carreras que competirá a partir del próximo año en los campeonatos de resistencia IMSA (Estados Unidos) y WEC (Europa), basado en la especificación GT3, pero este GTD al no tener que regirse por un reglamento técnico, pudo llevar la potencia hasta los 800 caballos de fuerza.
Este poder se extrae de un motor V8 5.2 litros supercargado, que fue retocado por la división Performance de Ford para alcanzar estos niveles. La transmisión automática es de ocho velocidades y está colocada en el eje trasero para mejorar el reparto de pesos y buscar un 50:50. El motor y la caja están unidos por un cardán de fibra de carbono.
Con este balance y poder, Ford afirma que el Mustang GTD puede completar la vuelta a los 20,832 km del Nürburgring en menos de 7:00 minutos (el récord actual para un auto de producción lo tiene el Mercedes-AMG One con 6:30.705 minutos).
Bajo la carrocería de fibra de carbono se esconden algunos detalles especiales como un sistema de suspensión semiactivo, que puede regular la rigidez y la altura para su uso en pista y en la calle, además, cuenta con elementos aerodinámicos como un splitter frontal, salidas de aire en las salpicaderas y el cofre, así como un enorme alerón trasero que tiene un sistema DRS para abrirse en las rectas, reducir así el arrastre aerodinámico y que podamos tener una mayor velocidad máxima.
Los rines de 20 pulgadas son de magnesio para reducir el peso sin perder rigidez y montan neumáticos de alto desempeño Michelin Pilot Sport Cup 2 R, con medida 325/30R20 adelante y 345/30R20 en el eje trasero.