Hace una década, BMW sorprendió al mundo al presentar la submarca i, la gama se componía de dos productos que parecieran venir del futuro, por un lado el i3, un sofisticado vehículo urbano y por el otro, el i8, un exótico deportivo PHEV que con un 3 cilindros y motor eléctrico, se las arreglaba para entregar un desempeño equivalente al de un M3 de la época.
Los modelos BMW i no sólo eran asombrosos por su propuesta de movilidad electrificada, también lo eran por la sustentabilidad de sus procesos de manufactura y lo tecnológicamente avanzados que resultaban en aquel momento.
El fabricante de Múnich, aunque fue pionero en adoptar la electrificación, rápidamente quedó rezagado. Pero con la llegada del iX que, por cierto, está fuertemente basado en el concepto Vision iNext, BMW da un contundente golpe sobre la mesa y nos entrega un producto brillante, muy acorde a las tendencias actuales del mercado, pero manteniendo esa propuesta innovadora de la submarca i, con enfoque de sustentabilidad en todo el proceso de manufactura, tecnología de última hornada y el gran manejo que se espera de un buen auto de la marca.
Motor y características técnicas. El BMW iX para que tengas algo de contexto, es del tamaño de un X5, aunque no comparten prácticamente nada. En el caso del iX, tenemos una arquitectura de construcción híbrida de aluminio y fibra de carbono.
En el piso se aloja una titánica batería de iones de litio con capacidad de 111.5 kWh (en el caso de la versión xDrive50) que fue la que probamos y con lo cual, el iX anuncia una autonomía de hasta 630 km.
Al ser tan grande, requiere de poco más de 10 horas para recargarse por completo en un wallbox de 11 kW, aunque tiene capacidad de carga rápida con hasta 200 kW y si es que llegaras a encontrar un cargador así de rápido, podrías recuperar el 80% de la autonomía en 20 minutos.
Emplea dos motores eléctricos, uno en cada eje y por lo tanto la tracción es integral. Entregan en conjunto 523 hp y 564 lb-pie de torque que son gestionados vía una transmisión de una velocidad.
Manejo. Tras el volante, el BMW iX no es menos impresionante, las aceleraciones son brutales y pese a su masa y dimensiones, se mueve con increíble agilidad. Sobra decir que es preciso y comunicativo, pero también suave, cómodo e impecablemente bien aislado.
Los frenos son potentes y se planta de maravilla, permite ir a muy buenos ritmos con absoluto aplomo.
- El dato: El BMW iX es apto para toda la familia y más futurista que el Porsche.