Fue en el marco del Auto Show de Detroit de 2017 que KIA asombró al mundo con la presentación del agresivo Stinger. Un sedán deportivo de tracción trasera, atractivas proporciones y que venía respaldado por una potente oferta mecánica.
Nuestro mercado fue de los primeros a nivel global en recibir este modelo, el KIA Stinger 2018 causó sensación en nuestro país, por lo menos a nivel de imagen y posicionamiento, ya que luego de casi 3 años de venderse, el volumen no ha llegado a las 1,500 unidades.
Aun con lo anterior, el Stinger se renueva para el año modelo 2022 y KIA México tiene claro que es un producto que genera buena imagen, y, por lo tanto, tiene que seguir ofreciéndose. Lo cual, en esta época en que los sedanes agonizan, es buena noticia.
Ahora sólo se ofrecen dos versiones, GT Line y GT, la primera ahora lleva bajo el cofre un cuatro cilindros de 2.5 litros turbo capaz de entregar 300 hp y 310 lb-pie de torque, mientras que la segunda mantiene el ya conocido 3.3 turbo con 368 hp. En ambos casos la potencia es gestionada por una transmisión automática de 8 velocidades con modo manual que envía la potencia al tren posterior.
Luego de revisar el exterior, salvo los rines de 18 y 19 pulgadas, los cambios estéticos no son muy evidentes; sin embargo, la diferencia en precio es de 180 mil pesos, una cifra nada menor. La pregunta entonces es, ¿por qué tanto? Bueno, siendo sinceros, funciona similar a cuando comparas en la gama de BMW a un Serie M340i, con un M3.
Hay que empezar diciendo que el Stinger GT Line es mucho más coche del que podrías necesitar, este nuevo motor 2.5 es muy poderoso, vaya se nota un salto abismal con respecto del anterior 2.0 litros. La capacidad de respuesta es excelente y al contar con un bastidor mejor afinado, se planta excelente, mientras que transmite confianza para ir muy rápido.
Además, me da mucho gusto decir también que noté mucha mejora en términos de refinamiento, es silencioso aun a muy altas velocidades, esos ruidos y rechinidos que tenía el modelo cuando llegó, han desaparecido.
Sin embargo, cuando estás tras el volante del Stinger GT es que te das cuenta que se trata de un animal de otro nivel, podrás pensar que sólo es 0.4 segundos más rápido del 0 – 100 km/h, pero eso créeme, no es ni de cerca lo importante aquí.
Por principio de cuentas, la manera en que el V6 entrega el torque, ahí te das cuenta, que, en la banda media, se percibe que hay mucho más poder, tanto así que constantemente tienen que intervenir las asistencias (control de tracción) para evitar el derrape innecesario.
Y eso es sólo la punta del iceberg, los frenos firmados por Brembo no sólo aguantan mucho más la fatiga, sino que se perciben más contundentes, mientras que la suspensión adaptativa controla mejor los movimientos de la carrocería y el diferencial de derrape limitado te permite aprovechar mejor la potencia al límite. Vamos, sólo en fierros, vale cada centavo adicional. Eso sin meternos en todo el tema de las asistencias a la conducción ADAS o los acabados mejor cuidados.
Puertas adentro, la experiencia es muy agradable. Transmite deportividad, pero también lujo y en cuanto a equipamiento tanto de conveniencia como de conectividad, no falta absolutamente nada. Te va a sonar trillado y como siempre que no hablamos de un coche con emblema alemán, fuera de lugar, pero es muy premium.
El KIA Stinger es un gran auto, y como decía anteriormente, desde la versión GT Line es extraordinario. Es rápido, refinado y entrega muy buen manejo. Sin embargo, es en la versión GT en donde de verdad te deja saber que se trata de un gran turismo capaz de hacer ver su suerte a muchos autos que llevan emblemas de mucho pedigrí. Sólo hay que darle la oportunidad.
EVG