Cuando un automóvil no enciende, el primer pensamiento que viene a la cabeza de mucha gente es que ocurre un problema con la batería.
Sin embargo, esta situación no necesariamente se debe atribuir a ese motivo, pues existen otros, como puede ser que los cables estén sueltos o dañados.
No obstante, el frío, numerosos consumidores eléctricos como sensores, ventanillas traseras y limpiaparabrisas ejercen presión sobre la batería, lo que la puede dejar débil o sin carga.
¿Te ha ocurrido que la batería está llena y de todos modos el automóvil no arranca? Una de las causas de esto puede ser la corrosión. En los carros, la carrocería de acero funciona como una línea "negativa", motivo por el que componentes como el alternador o la batería están conectados directamente a la carrocería.
Otro factor puede ser que los cables estén sueltos, hecho que es más común que se presente en carros más viejos, en los que las conexiones roscadas de los cables pueden soltarse y se corta el flujo de corriente.
También puede ocurrir que un roedor (ratas, ratones, etcétera) muerda el cable, lo que deriva líos al querer encender el vehículo.
Otros factores
En el caso de los autos con motores de combustión puede surgir una falla en el sistema de combustible que afecte el encendido del motor.
Si el tanque de combustible no está vacío, podría existir una obstrucción en el filtro de combustible o en la línea de combustible, un error de la bomba de inyección y fallas en varios sensores.
En situaciones así, lo mejor es llevar el auto al taller para salir del problema.
EVG
