Agua y aire se mantuvieron en balance durante miles de años gracias a la realimentación negativa, es decir, aire frío que subía a los polos durante el otoño; en la actualidad, la temperatura promedio del casquete ártico ha aumentado mucho más que en el Ecuador, ello debido a que la temperatura para derretimiento del hielo es mucho menor que la requerida para evaporar el agua, para el primer caso bastan 80 kcal/kg mientras que el segundo requiere 540 kcal/kg.