Premian con Nobel de Medicina hallazgo clave de la respiración celular

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Por su descubrimiento de cómo las células sienten el oxígeno disponible y se adaptan a él, hallazgo que es la base para nuevos tratamientos contra la anemia y fármacos para combatir el cáncer, los estadounidenses William Kaelin y Gregg Semenza y el británico Peter Ratcliffe fueron galardonados ayer con el Premio Nobel de Medicina.

“Cada célula de tu cuerpo necesita oxígeno continuamente. Millones de células funcionan y reciben exactamente la cantidad de oxígeno necesario. El sistema que descubrimos es el mecanismo molecular de todo esto”, explicó en entrevista con Afp, Gregg Semenza, tras recibir la noticia del galardón.

Un ejemplo de lo que ha aportado su hallazgo es el tratamiento con inyecciones EPO —proteína que se sintetiza en los riñones y promueve la producción de glóbulos rojos, portadores de oxígeno— que actualmente reciben personas con una enfermedad renal crónica.

EL DATO: En 2016 los tres galardonados recibieron el premio Lasker de investigación médica básica por estos mismos descubrimientos.

De acuerdo con el jurado que entrega el Nobel, los científicos “han revelado los mecanismos de uno de los procesos adaptativos más esenciales de la vida. Han establecido las bases de nuestra comprensión de cómo los niveles de oxígeno afectan al metabolismo celular y las funciones fisiológicas”.

Los especialistas, de manera separada, comenzaron a desarrollar esta investigación entre 1991 y 2001.

En 1991, Semenza, a través de experimentaciones con ratones transgénicos que llevaban el gen EPO humano, identificó una secuencia genética encargada de iniciar la producción de EPO cuando bajan los niveles de oxígeno. Dos años después, Ratcliffe, de la Universidad de Oxford, demostró que este mecanismo está presente en los tejidos de

todos los animales.

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Siete años después, Semenza identificó que los ratones eran incapaces de desarrollar venas o glóbulos rojos cuando les faltaba un complejo de dos proteínas, lo cual denominó factor inducible por hipoxia.

Semenza, de 63 años, actualmente es director del Programa de Investigación Vascular de la Universidad John Hopkins en Baltimore, Estados Unidos. Tenía 39 años cuando publicó el descubrimiento con el cual se alzó con el Nobel.

A finales de los 90, también William Kaelin, oncólogo de la Facultad de Medicina de Harvard, indagaba por qué algunos de sus pacientes de cáncer tenían un exceso de vasos sanguíneos en los riñones. Esto lo llevó a describir que se debía a que tenían desactivado el gen VHL, que funciona como un interruptor que previene esta enfermedad.

Aunque a principios del siglo XX ya se conocía la importancia de la EPO (hormona eritropoyetina) siempre fue un misterio cómo su producción está regulada por los niveles variables de oxígeno.

Éste es el primero de los siete premios Nobel que se otorgan este 2019, ya que este año se dan dos en el ámbito de la Literatura, porque en 2018 no se entregó. El galardón, dotado con nueve millones de coronas suecas (912 mil dólares), será entregado como es tradicional, el día 10 de diciembre, en una ceremonia oficial en el ayuntamiento de Oslo, capital de Noruega, y de manera simultánea los premios Nobel de Física, de Química, de la Paz y de Literatura en Estocolmo, la capital de Suecia.

JMG

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