Cielo “aborregado” no tiene relación con sismos; te explicamos las causas

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En los últimos días, en la Ciudad de México se apreció un cielo lleno de pequeñas nubes semicirculares, conocido coloquialmente como “cielo aborregado”.

Dicho fenómeno generó diversas especulaciones en redes sociales, por ejemplo, que éste se asocia a sismos. Por ello, La Razón entrevistó a una experta para saber a qué se debe el llamado cielo aborregado.

Berenice Castillo González, meteoróloga y especialista en Cambio Climático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aclaró que los sismos no se pueden predecir y el fenómeno no anticipa un temblor, como recordaron tuiteros en redes sociales con base en lo que les comentaban sus abuelas.

¿Por qué surge el cielo aborregado? La académica aclaró que “son nubes cirroestratos y estratocúmulos, muy altas, que alcanzan prácticamente la tropopausa, más de seis mil metros de altura, y se debe a que en niveles medios y altos de la atmósfera la temperatura es muy, muy baja, por debajo de los menos 100 grados centígrados; (y en el caso de los últimos días) esto se debe a un sistema de alta presión que viene del Ártico”.

Así, se forman cristales de hielo o las llamadas nubes aborregadas en la parte alta de troposfera, la capa de la atmósfera terrestre que está en contacto con la superficie de la Tierra.

De acuerdo con Castillo González, en esta época invernal si bien hay un desplazamiento de masas de aire polar, también ingresa un poco de aire caliente al país por la localización geográfica, y resultado de ello se generan los cristales de hielo.

“Ese aire que viene del Pacífico y del Caribe es caliente y trae un poco de humedad y cuando ésta entra al país sube el vapor de agua a niveles medios y altos de la atmósfera y ahí se va a encontrar con la masa de aire polar, con el sistema de alta presión, y ese vaporcito de agua se va a cristalizar.

"Inmediatamente va a llegar al punto de congelación y entonces se forman estas nubes compuestas por millones de cristalitos de hielo, ¿por qué se forman?, porque el vapor de agua se congela allá arriba”, precisó Castillo González.

La académica de la UNAM destacó que el llamado cielo aborregado sólo indica que la temperatura descenderá drásticamente, pero, insistió, no tiene relación alguna con los sismos, los cuales no se pueden predecir.

Asimismo, comentó que las bajas temperaturas continuarán en enero y febrero.

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fgr

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