Un estudio europeo publicado recientemente por la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) demostró que el principal compuesto orgánico de la orina, la urea, puede ser usado para construir habitáculos lunares mediante una mezcla del líquido con polímeros del suelo del satélite y que ésta sería más maleable antes de endurecerse y adoptar la forma definitiva de la estructura. El empleo de materiales disponibles sobre el terreno, se conoce como “utilización de recursos in situ” (ISRU), lo que reducirá la necesidad de generar complicadas logísticas y costos muy altos por enviar desde la Tierra grandes volúmenes de suministros para construir asentamientos en la Luna.
Gráficos: C. Alejandro Sánchez, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.
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