Falta postura del Gobierno ante Ómicron, afirma

Variantes seguirán apareciendo, lo que se necesita son planes de contingencia: Antonio Lazcano

Científico de la UNAM ve irresponsable excluir a niños de la inmunización; reprueba ausencia de Conacyt en política de divulgación; importante contar con red de investigadores, dice

El investigador y miembro del Colegio Nacional, en imagen de archivo.
El investigador y miembro del Colegio Nacional, en imagen de archivo. Foto: Especial

A dos años de que la pandemia de Covid-19 se propagó a nivel mundial, el Gobierno mexicano no tiene una estrategia de prevención contra Ómicron o futuras variantes, que pueden derivar en una saturación de los hospitales, advirtió Antonio Lazcano Araujo, doctor en Ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista con La Razón, el científico originario de Baja California habló sobre el panorama de la pandemia en 2022, en el que estimó que la población deberá utilizar el cubrebocas entre seis y ocho meses más.

Respecto al desarrollo de la vacuna Patria, Lazcano Araujo dijo que si bien es un buen proyecto, debe estar acompañado de fortalecimiento a la investigación en México.

La Razón (LR): Estamos por cerrar un año más con pandemia ¿Qué desarrollo ha tenido en este tiempo? Antonio Lazcano Araujo (ALA): El gran avance que hemos tenido este año a nivel mundial es el desarrollo de las vacunas y la implementación de las campañas de vacunación. Creo que una de las grandes ventajas que tenemos en México es que hay una cultura de la vacunación muy sólida, cosa que no se da, por ejemplo, en Estados Unidos, Austria o Australia, donde vemos muy importantes sectores de la sociedad que rechazan la vacuna por una mezcla de prejuicios.

En términos de la gestión de la pandemia en nuestro país, ¿dónde podría considerar que hubo aciertos y desaciertos? Hemos tenido han sido errores estratégicos brutales que rayan en una irresponsabilidad extraordinaria por parte del Gobierno en el sentido de que tenemos millones de vacunas que no se han aplicado.

Además tenemos las declaraciones ridículas, por decir lo menos, del secretario de Salud, Jorge Alcocer, respecto a los sistemas inmunológicos de los menores de edad y cómo se pueden ver afectados por las vacunas; tenemos la politización de las vacunas, quienes las ponían eran los servidores de la nación, unos actos de propaganda muy terribles.

Es perfectamente claro en países como España, Inglaterra, Francia, que lo que está permitiendo que desarrolle la pandemia es el virus que se está replicando en los niños. El regreso a clases no se puede admitir mientras no haya un plan de protección debidamente presentado y analizado, creo que el gobierno allí ha sido omiso.

Algo que me parece muy importante es la ausencia de una política de divulgación sobre la enfermedad y la pandemia por parte del Conacyt y de la Secretaría de Salud; los que han sido más activos son la UNAM, Canal 22 y el Canal Once. El Conacyt ha tenido un silencio ridículo e irresponsable.

La vacuna Patria me parece una iniciativa realmente muy buena (...) el problema no es nada más producir vacunas, sino que sea parte de una estrategia de formación de investigadores, redes de distribución, reforzamiento del aparato médico...

¿Qué ocurrirá en el país con la variante Ómicron?, ¿cree que estamos preparados para enfrentarla? El Gobierno no ha tenido una postura frente a la variante Ómicron.

Ya se acostumbró uno a la mezcla de inexactitudes, ridículos y afirmaciones políticas del doctor Hugo López-Gatell, que apenas unas semanas estaba diciendo que la variante Ómicron no iba a ser peligrosa.

Los legisladores deberían exigir activamente cuáles son los planes de contingencia ante la variante Ómicron, no los conocemos; cuál es la estrategia pensada para poner la tercera dosis a toda la población; cuál es la estrategia para vacunar a menores.

Uno se sorprende de que no tenga la suficiente información para emitir boletines sólidos, constantes. Por parte de la Secretaría de Salud no vemos ninguna estrategia clara.

¿Cuáles serían los riesgos de minimizar los alcances de esta variante y otras? Hay que entender que las variantes van a seguir apareciendo, eso es algo típico de todos los virus, especialmente de los virus de RNA.

Lo que nosotros deberíamos exigir que nos digan es cuáles son los planes de contingencia para lo que probablemente va a ser una regionalización de la pandemia, y en ese sentido, tener una idea de cuáles son los planes para detectar rápidamente un aumento en el número de personas positivas, enfermas, que indiquen si hay una variante más agresiva.

El Gobierno está completamente desbordado: no tiene planes de contingencia, no tiene una idea de cómo funcionar, parecen no tener información.

Se tienen riesgos de que, aunque la variante Ómicron no fuera tan agresiva como parece ser el caso, se propaga tan rápidamente que se van a saturar los hospitales y no nos han dicho qué piensan hacer ante esto.

¿Qué opina sobre el desarrollo de la vacuna Patria?, ¿es rentable? La vacuna Patria me parece una iniciativa realmente muy buena; pero quien controló y desbarató los grupos que existían de investigación y de fabricación de vacunas en Birmex fue la doctora Álvarez-Buylla (directora de Conacyt).

La vacuna Patria lleva el ritmo que todas las vacunas llevan, extraordinariamente lento.

Aunque no deja de ser sorprendente que a nivel mundial, en año y medio hayamos tenido varias vacunas, eso es maravilloso; pero ese avance se puede echar por tierra si no se vacuna al ritmo que se debiera.

El problema no es nada más producir vacunas, sino que sea parte de una estrategia de formación de investigadores, redes de distribución, reforzamiento del aparato médico, etc.

¿Cuál es el panorama que ve para el siguiente año de la pandemia? Predecir el futuro de la pandemia sabiendo que pueden aparecer variantes es muy riesgoso, pero creo que deberíamos tener medidas definidas con Ómicron, y éstas deben ser transexenales, no pueden depender de lo que un gobierno alcance a entender.

Creo que el uso de cubrebocas va a mantener cuando menos seis u ocho meses más, eso sería lo adecuado, al igual que la sana distancia.