Con información de EuropaPress
Son días frenéticos para muchas familias con la decisión sobre qué pedir o qué no a Papá Noel y a los Reyes Magos. La verdad es que los niños muchas veces emplean los catálogos de los grandes almacenes para tomar ideas, y es que tienen de todo en muchos casos y ya no saben qué pedir.
Aparte, por supuesto, está el deseo de muchos padres, abuelos y tíos por que sus niños sean lo más felices del mundo y, equivocadamente, les llenan de regalos en estas fechas, que luego además pocas veces emplean o se acuerdan de ellos.
Es por ello por lo que pedimos en Infosalus ayuda a Alberto Soler, un reputado psicólogo y máster en Psicología clínica y de la salud, y que junto a su mujer, la también psicóloga Concepción Roger, han publicado 'La gran guía de la crianza' (Paidós), un manual para acompañar a los padres durante el embarazo y la primera infancia y en el que trata numerosísimos temas, entre ellos éste de los regalos.
La regla de los 4 regalos
Así, a la hora de hacer la carta a los Reyes o a Papá Noel Soler defiende la necesidad de emplear la regla de los 4 regalos: "Es una de las reglas que hay una buena orientación para poder ser comedidos".
Consiste esta 'regla' en que, para cada evento especial, no sólo para las Navidades, sino también por ejemplo para los cumpleaños, hay que limitar los regalos a 4: algo que les sirva (ropa, complementos, etc); algo para leer (cuento, libro o cómic que les guste); algo que realmente necesiten (un estuche, una mochila nueva, material para extraescolares); y algo que deseen, ese juguete que tanto han pedido.
¿Cómo elegir un buen juguete?
Con todo ello, y a la hora de elegir un buen juguete, Alberto Soler comenta que lo primero que debe pensarse es que el regalo tiene que estar relacionado y adecuado para el momento del desarrollo del menor, no sólo por cuestión de seguridad, que es básico, sino porque si no está adecuado a su edad será difícil que el niño lo disfrute.
Por otro lado, considera que deben ser juguetes muy básicos y sencillos, que hagan pocas cosas, porque estos despiertan la imaginación en los menores, abren las posibilidades de juego y posibilitan la interacción: "Con este tipo de juegos sencillos el actor principal del juego es el niño, no el juguete. De hecho, los juguetes no son necesarios para el juego. No hace fata juguetes para jugar. En la medida de lo posible, no comprar juguetes que lleven pilas. Cuanto más hace el juguete, menos hace el niño".
A su vez, mantiene que el juguete debería ir acompañado de tiempo para poder disfrutarlo con nuestros hijos si no, ¿para qué regalarles unos patines o un juego de mesa si no vamos a poder disfrutarlos con ellos? Igualmente, sostiene este experto que debe ser un juego abierto y con posibilidades, tipo juguetes de construcción, vías de tren, o manualidades, por ejemplo.
Al tiempo aconseja no condicionar la elección del juguete al sexo, sino que el regalo debe adaptarse a sus intereses; pero también Soler ve con buenos ojos que ese juguete que vayamos a regalarles sea desafiante tanto física como intelectualmente, que les lleve a realizar una destreza, a la vez que sea sostenible y no de usar y tirar. Sugiere igualmente que lo idóneo es que sean juguetes divertidos, no educativos, a no ser que estos los hayan pedido de manera explícita.
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