Con una singular publicación, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio a conocer que de nuevo estaba al ataque el ambicioso proyecto Colmena y es que con el 75 por ciento de su capacidad la misión espacial tomó de nuevo su funcionamiento en el espacio; así la primera misión mexicana dirigida a la superficie lunar recobró nuevos bríos.
Colmena fue lanzada el pasado 8 de enero junto a la Misión Peregrine Uno (PM1) de la compañía Astrobotic; este jueves en redes sociales la UNAM detalló que Astrobotic anunció que la misión Colmena —proyecto impulsado por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT)— logró ser energizada para establecer comunicación y datos, los cuales ya se están bajando en el Centro de Control del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la máxima casa de estudios.
“Con esto podemos decir que se han cumplido al menos 75 por ciento de los objetivos planteados para esta primera misión, la cual creó el camino futuro de México hacia la Luna”, expuso el ICN.
Colmena se compone de cinco micro robots mexicanos, que tienen 12 centímetros de diámetro y pesan menos de 60 gramos cada uno; su misión es desplegarse sobre la superficie lunar y conectarse electrónicamente, para ensamblar un panel que pueda generar energía.
“Hoy Astrobotic anunció que, de las 10 cargas programadas para ser puestas en marcha para pruebas, Colmena logró ser energizada, establecer comunicación y generar datos, los cuales ya se están trabajando en nuestro centro de control en el ICN”, dijo la UNAM en sus redes sociales.
El pasado 8 de enero despegó la nave Peregrine Lunar Lander, cuya tripulación consta de instrumentos científicos de siete países, entre ellos cinco micro robots diseñados en México con el fin de explorar la superficie del satélite natural de la Tierra.
Apesar del arduo trabajo tras su despegue se anunció que la misión Colmena podría encontrarse en peligro; sin embargo, ayer se retomó buena parte del trabajo.
El pasado domingo, Gustavo Medina Tanco, líder del proyecto Colmena, explicó a La Razón que uno de los objetivos de la misión es aportar avances a la ingeniería y que “al enfrentarse al hostil mundo lunar, sus creadores esperan averiguar más sobre los problemas a los que se enfrenta la tecnología en ambientes espaciales”.
Mencionó que la fase 1 (el lanzamiento) fue superado, por lo que ha entrado en marcha el siguiente paso: la trayectoria, —la cual tuvo dificultades—, esa etapa daría paso al alunizaje, es decir, la fase 3 de la misión; sin embargo, hasta ahora el panorama ha sido lento y sin saber si la fase final se concretará.
A pesar de los desafíos actuales, la misión sienta las bases para futuras misiones, como Colmena 2, diseñadas para llevar a cabo tareas científicas más avanzadas. La experiencia y aprendizaje obtenidos de esta misión serán vitales para el diseño y ejecución de proyectos espaciales futuros.
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FGR