El reptil más pequeño de su familia enfrenta un peligro inminente que refleja la fragilidad de los ecosistemas del planeta. Su hábitat, amenazado por la deforestación y el impacto humano, está desapareciendo rápidamente, mientras la caza furtiva sigue diezmando su población. Un reciente estudio en Camerún advierte que, sin medidas contundentes, la pérdida de esta especie podría desencadenar un desequilibrio ecológico irreparable. Este caso es un llamado urgente a repensar nuestra relación con la naturaleza y proteger un futuro en el que todos los seres vivos puedan coexistir.
Gráficos: Julio Loyola y Roberto Alvarado.