Investigadores de National Aviary lograron secuenciar el genoma completo de un nuevo híbrido de primera generación observado en julio de 2020. Realizaron análisis de vocalizaciones e inferencias de la historia natural, encontrando relación en el ADN entre un picogrueso de pecho rosado (Pheucticus ludovicianus) y una tangara escarlata (Piranga olivacea). Estas dos especies se encuentran simpáticamente en gran parte del este de América del Norte, aunque anteriormente no se sabía que se cruzaran. Luego de la identificación de campo de un híbrido putativo, usando datos genéticos y bioacústicos, se demostró que un picogrueso de pecho rosado era la madre y una tangara escarlata era el padre del híbrido, cuyo canto era similar al de esta última especie. Estas dos especies divergieron hace más de 10 millones de años y, por lo tanto, es sorprendente encontrar un híbrido formado en condiciones naturales en la naturaleza.
Gráficos: Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega