El cuerpo celeste fue llamado LTT9779 b, tiene el tamaño de Neptuno y está situado a alrededor de 260 años luz de la Tierra; está cubierto por nubes metálicas que descargan lluvias de titanio y, de acuerdo con el nuevo descubrimiento refleja 80 por ciento de la luz que recibe de su estrella, convirtiéndolo en el planeta más brillante jamás observado por los astrofísicos; a este fenómeno de fracción de luz que refleja un objeto se conoce como “albedo”; según explica la Agencia Espacial Europea, lo normal es que el albedo de los planetas sea bajo, ya sea porque su atmósfera refleja la luz o porque su superficie es oscura; sin embargo, hay excepciones como la Luna y Venus que es el planeta más brillante del sistema solar, capaz de reflejar cerca de 75 por ciento de la luz que recibe del Sol, esto lo hacen sus densas nubes que son muy reflectantes. Para detectar al exoplaneta, los investigadores usaron las mediciones de distintos instrumentos de alta precisión, como Cheops, el Satélite de Caracterización de Exoplanetas de la ESA o los telescopios espaciales James Webb y Hubble.
Gráficos: Julio Loyola, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.