Un hombre de Gran Bretaña tuvo COVID-19 por 505 días debido a que tenía un sistema inmunitario muy debilitado. En consecuencia, falleció después de ser diagnosticado en 2020.
Hasta el momento, se trata del único caso conocido en ser el más largo y continuo desde el inicio de la pandemia.
Por su parte, el doctor Luke Blagdon Snell, experto en enfermedades infecciosas del Guy’s & St. Thomas’ NHS Foundation Trust, opinó que no se puede saber con certeza si realmente es el más largo porque no todas las personas se hacen pruebas diagnósticas, especialmente de manera regular como en este caso.
Sin embargo, el especialista mencionó que después de casi año y medio, “sin duda parece ser la infección registrada más prolongada”.
Ante ello, el equipo de Snell presentará este fin de semana varios casos de COVID-19 “persistente” en una reunión de enfermedades infecciosas en Portugal, los cuales forman parte de un estudio que averiguó las mutaciones y evolución de las variantes del virus.
Investigación en personas inmunodeprimidas
Su análisis abarcó nueve pacientes que dieron positivo al SARS-CoV-2 durante al menos ocho semanas. Todos con sistemas inmunitarios debilitados debido a trasplantes de órganos, VIH, cáncer o tratamientos de otras enfermedades.
Las infecciones de estas personas duraron en promedio 73 días, aunque en dos pacientes fue durante más de un año, tiempo que coincidió con el caso anterior más prolongado y confirmado con un examen PCR, el cual fue de 335 días.
Asimismo, dentro del proyecto se halló que existe un "COVID-19 persistente" y un "COVID largo". En este último se asume que el virus ya no está en el cuerpo, pero persisten los síntomas; mientras que en la infección persistente, es una “replicación continua y activa del virus”.
Necesitamos estar conscientes de que hay algunas personas que son más susceptibles a estos problemas, como la infección persistente y la enfermedad severaLuke Blagdon Snell
En cada prueba que realizaron a los pacientes, los científicos analizaron el código genético del virus para tener la certeza de que se trataba de la misma cepa y que las personas no tuvieron COVID-19 más de una vez.
De esta forma, la secuenciación genética mostró que el virus cambiaba con el tiempo, mutando conforme se adaptaba.
Uso de cubrebocas
Por otra parte, el doctor Wesley Long, patólogo del hospital Houston Methodist en Texas, y que no participó en la investigación, comentó que existen muchas personas con sistemas inmunitarios débiles que son vulnerables a sufrir COVID-19 severo y no siempre es sencillo saber quiénes son.
En consecuencia, aseveró que el uso de mascarillas en multitudes es una “acción considerada hacia otros y una forma en la que podemos proteger a los demás”.
Con información de AP
MAEP
