La microbióloga y directora de la Unidad Max Planck para la Ciencia de Patógenos en Alemania Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna, química y profesora en la Universidad de California en Berkeley, ganaron el Premio Nobel de Química por desarrollar un método de edición del genoma que puede explicarse como unas “tijeras moleculares”, que ofrece la promesa de curar enfermedades hereditarias, e incluso el cáncer. Actualmente el Broad Institute de Harvard y el MIT han librado una larga batalla judicial por las patentes de la tecnología CRISPR, y muchos otros científicos realizaron importantes contribuciones, pero Doudna y Charpentier han sido premiadas de forma regular por convertirla en una herramienta de fácil uso.
Gráficos: C. Alejandro Sánchez, Ismael F. Mira, Roberto Alvarado y Luisa Ortega.