Es considerada una de las afecciones más frecuentes en la medicina oftalmológica, debido a que alrededor del 30 por ciento de la población mundial padece uno de los cinco tipos distintos; sin embargo, no todas las personas que lo padecen están diagnosticadas, pues sólo 60 por ciento podría contar con un diagnóstico. Esta patología está detrás del 70 por ciento de los pacientes en los que no funciona la cirugía refractiva y en la cirugía de cataratas. El ojo seco se origina por diversos factores que involucran la lágrima, su calidad y cantidad, pues es un fallo en las glándulas de Meibomio, que son las encargadas de secretar grasas que lubrifican y mantienen estable la película lagrimal; al presentarse el ojo seco la función de estas glándulas se altera y la película se rompe a los pocos segundos de abrir el ojo, lo que provoca que las terminaciones nerviosas y las células de la córnea y conjuntiva, quedan expuestas al aire y al roce del párpado, lo que provoca la inflamación de toda la zona.
Gráficos: Julio Loyola, Roberto Alvarado y Luisa Ortega
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Síndrome del ojo seco
