Mariposas azules, amarillas, blancas, naranjas, con dibujos en las alas que simulan un ojo de búho o una cara de serpiente, otras con textura aterciopelada y algunas que al volar destellan con la luz del sol, son algunas de las variedades que se pueden ver en el Mariposario del Zoológico de Chapultepec.
El espacio que se encuentra en la entrada del parque, transporta al visitante a un ambiente tropical, ya que las 35 especies que ahí se albergan provienen de Costa Rica, Yucatán y Guerrero, aunque también se pueden encontrar ejemplares propios de la Ciudad de México.
“Cada semana recibimos 800 capullos desde Costa Rica, los cuales emergen en el cuarto de pupas donde son revisados, seleccionados y separados en vasos hasta el día en el que nacen”, comentó a La Razón Guillermo Harada, director del Mariposario.
Cuando las mariposas nacen son liberadas el mismo día y esto se hace con la colaboración de los visitantes, quienes como parte del recorrido ayudan al insecto a volar por primera vez, además de que lo bautizan con el nombre de su preferencia.
Es así como diariamente vuelan más de tres mil Lupitas, Colorines, Hermosas y Lindas en este cálido espacio, donde niños y adultos aprenden sobre este pequeño animal el cual se ha visto amenazado por el crecimiento de las ciudades y la deforestación.
“Es un insecto muy frágil, su supervivencia depende del sol, el agua, la luz, la tierra. Por lo tanto, cuando dejamos de verlas significa que su ambiente ya fue perturbado”, indicó Harada.
Comentó que el objetivo del Mariposario es informar a la población sobre la importancia de estos animales, los cuales juegan un papel importante en la polinización y en la cadena alimenticia, ya que en cualquiera de sus etapas (oruga, capullo o mariposa) es la comida de pájaros, insectos y roedores.
Y aunque el impacto y aprendizaje de los visitantes no es medible, Harada comentó que una de las mayores satisfacciones que han tenido es cuando llegan biólogos recién titulados a pedir trabajo.
“Hay chavos que han llegado con la intención de formar parte del equipo y nos mencionan que decidieron estudiar biología después de haber venido, cuando eran más jóvenes, en paseos escolares o con su familia”, comentó sonriente el director del espacio.
El lugar, que abrió sus puertas en junio del 2005 y que puede ser visitado de martes a domingo desde las 9:00 hasta las 16:30 horas, ha colaborado con la protección de la especie por medio de la información.