Halla INAH entierro múltiple de una aldea de hace 2400 años en Tlalpan

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Una espiral de huesos humanos, restos óseos de una decena de personas que fueron entrelazadas en la muerte hace dos mil 400 años, fueron hallados durante las labores de salvamento que especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizan en la zona de Tlalpan.

Se trata del hallazgo más peculiar que ha realizado el Instituto  en la llamada aldea preclásica de Tlalpan.

El descubrimiento se dio metro y medio bajo el sitio que ocupó el oratorio y es el primer entierro con esa cantidad de individuos humanos encontrado hasta la fecha en la zona, de acuerdo con un comunicado publicado por el instituto.

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El Dato: La arqueóloga Jimena Rivera Escamilla es quien tiene la oportunidad de ampliar el conocimiento de este asentamiento temprano.

Este hallazgo se suma a los encontrado en la zona de enterramiento en Zacatenco, próximo al Acueducto de Guadalupe, en 2017; y las exploraciones en Tlalpan, dan nuevas perspectivas a estas investigaciones, pues todos entran dentro del contexto preclásico.

Jimena Rivera, comentó que hace dos años tuvo la oportunidad de dirigir el salvamento arqueológico en la Benito Juárez donde fue ubicada otra sección de la aldea preclásica de Tlalpan, la cual se estima que sus inicios datan del 800 a.C.

Tales fechas parten de la cerámica asociada a estos contextos y que ha sido ampliamente documentada, por lo que no hay duda que se está ante una unidad doméstica rural del periodo Formativo, con sus áreas de habitación y de entierros.

El equipo coordinado por la arqueóloga Jimena Rivera ha localizado más de 20 fosas troncocónicas, casi todas en una misma área; seis contenían entierros individuales, en su mayoría de adultos.

A partir de lo observable, un par de individuos presentan deformación cefálica intencional, también se detecta mutilación dental en algunos casos, patologías como osteocitos en las vértebras y un desgaste dental generalizado. A estos personajes, abundó, les fueron ofrendados cajetes, cuencos, ollas y tecomates, miniaturas y grandes. A algunos les colocaron esferas cerámicas y piedras en las manos.

Rivera recordó que los salvamentos arqueológicos permiten recuperar información sobre las sociedades del pasado, aunque la excavación resulta segmentada o limitada a los espacios donde se erigirá obra constructiva (como es el caso de la UPM), un adecuado registro ayuda —una vez que inicia el análisis— a proponer interpretaciones sobre los procesos, dinámicas y relaciones sociales. La aldea de Tlalpan se suma ahora, con mayor nitidez, al mapa de los asentamientos del periodo Formativo de la Cuenca de México.

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aml

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