El Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en conjunto con la firma Wiss Janney & Elstner (WJE), informó que el derrumbe de la Plaza Artz Pedregal se debió a un error en el cálculo estructural, pues los elementos del predio no estaban diseñados para soportar la combinación de cargas gravitacionales.
Tras realizar una evaluación de forma independiente, detalló que los valores de seguridad con los que debía contar la plaza se encontraban muy por debajo para la suma de cargas muertas y vivas, por ello ocurrió el derrumbe del 12 de julio.
“Nuestro análisis indica que los coeficientes de exigencia-capacidad del LRFD1 (cargas de diseño consideradas divididas entre la capacidad máxima del diseño) para las vigas exceden el 1.0 para la suma de cargas muertas y vivas”, indicó a través de un comunicado.
Por ello explicaron que los valores que presentaba el predio representaban un riesgo de seguridad en toda la edificación, pues básicamente sólo podía soportar su propio peso, pero no el de la carga de los ocupantes.
El Dato: Fallas estructurales y condiciones del suelo fueron algunos de los señalamientos sobre las posibles causas del colapso.
“Estos valores indican un diseño significativamente deficiente en términos de resistencia y que puede representar un riesgo de seguridad durante la construcción cuando la edificación está soportando esencialmente su propio peso (sin la carga viva de los ocupantes)”, precisó.
Por otra parte, la empresa Stark + Ortiz SC, detalló que los trabes del predio eran insuficientes para el diseño con que se habían ejecutado, los cuales estaban a cargo de la empresa Vargas de la Rosa.
“Cabe mencionar que los cálculos estructurales del volado fueron responsabilidad de la empresa Vargas de la Rosa, y éste es un diseño único que no se repite en otra parte del complejo”, añadió.
Finalmente, Grupo Sordo Madaleno, empresa que representa a la plaza, dijo que se cumplió “cabalmente” todo precimiento para para contratar una supervisión de obra, un corresponsable estructural y un director responsable de obra, que exige la normatividad de construcción de la Ciudad de México.