Al final del día sumaron 38 los planteles de la UNAM que ayer estaban reactivados académicamente.
Nada más faltan la Prepa 5, la Escuela Nacional de Trabajo Social y la Facultad de Filosofía y Letras.
A esta última era indispensable dar la vuelta... sobre todo cuando estaba previsto que, ayer, a las 11 de la mañana se entregarían las instalaciones a las autoridades.
Ni en sus pasillos, ni en sus accesos se percibe un ambiente violento. Lo que se respira es, acaso, algo más incierto: una tensa calma.
Conforme se van recorriendo las aulas de la planta baja, en una sí y en dos no, se pueden ver grupos con 10 personas sentadas en círculo. No hay gritos. Uno habla, los demás escuchan. Se turnan.
Han entregado las instalaciones, pero bajo ciertas condicionantes.
Se anuncia que no hay paro y ya pueden entrar estudiantes y maestros... pero no a tomar o dar clases. Sólo a participar de ‘conversatorios’ sobre el conflicto.
Hay paro, pero sólo para el ejercicio de la libertad de cátedra... ahí, donde siempre se ha defendido la libre exposición de las ideas.
Paradojas de los liberales.
Al fondo del pasillo hay una intensa discusión. Ahí está el director de esta Facultad de Filosofía y Letras... Jorge Linares. Sus credenciales académicas dicen: Filósofo de la Ética. Está acompañado de unos 15 funcionarios y unos 20 paristas. A un lado del salón de exámenes profesionales, es el aula del fondo... la 114.
Por lo que alcanza a percibir la única oreja que el reportero alcanza casi a colar, el motivo de la discusión parece banal, pero es relevante.
Más allá de las verdaderas decisiones en sus asambleas, le ha surgido una de esas ocurrencias... estratégicas: se quieren quedar con ese preciso salón.
El ‘no paro’ que al final es un paro simulado, este 19 de septiembre vuelve a ser paro total por conmemoración sísmica.
Pero mañana jueves, se abren las puertas. Pueden pasar... unos, si se someten a lo permitido. Y otros, a seguir apretando con el nuevo elemento de negociación.
La autoridad explica que se trata de un espacio para tomar e impartir clases: ‘es de todos, no se les puede entregar a solamente algunos’.
Del otro lado del mostrador, ya tienen el compromiso de cumplimiento en proceso a un pliego petitorio. Pero otro rehén, siempre puede ser un botín más por cobrar.
Estamos en esa Facultad de Filosofía y Letras que ideológicamente y físicamente siempre ha sido cuña y frontera con la Rectoría.
Y ante un ¿inocuo? salón al final del pasillo... ese que quieren tener los paristas, según la exigencia explícita, como su espacio para coordinación del movimiento... y para dormitorio. Quieren que sea... su lugar. Otro.
El auditorio ‘Che Guevara’, no es suficiente.