A una semana de que el cuerpo sin vida del estudiante Leonardo Avendaño fuera hallado dentro de su vehículo con signos de tortura y asfixia, elementos de la Policía de Investigación (PDI) de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) capitalina detuvieron al sacerdote Francisco Javier “N”, presunto responsable de su homicidio.
La aprehensión del rector de la Parroquia Cristo Salvador, de la que la víctima era diácono, se dio ayer mediante el cumplimiento de una orden de aprehensión en su contra.
Uno de los elementos de prueba fue una línea cronológica que detalla la actividad del joven de 29 años el día que desapareció.
En el documento, al que tuvo acceso La Razón, se lee que el 11 de junio pasado el recién graduado de una maestría en la Universidad Intercontinental salió de su casa a bordo de su camioneta rumbo a la parroquia ubicada en la alcaldía Tlalpan.
Antes de llegar, Leonardo envió un mensaje a su hermano para avisarle que se reuniría con el sacerdote Francisco. Una hora después del encuentro, ambos salieron del lugar en su respectivo vehículo.
Sin embargo, las cámaras del C5 captaron que la camioneta de Leonardo fue seguida por el clérigo, hasta un paraje en la misma alcaldía, donde se pierde contacto de ambos por alrededor de una hora.
Posteriormente la camioneta del sacerdote vuelve a ser captada, pero la de Leonardo ya no.
Otra prueba que obra en la carpeta de investigación FCIH/1/UI-1/C/D/108/06-2019 en contra del imputado es que sus huellas digitales fueron encontradas en el vehículo del joven, mismo que fue hallado con el cadáver en la parte trasera y envuelto en una cobija, un día después, el 12 de junio.
Leonardo, quien recientemente había concluido una maestría en la Universidad Intercontinental (UI), dejó de tener contacto con su familia la noche del martes 11 de junio, cuando salió de su casa en la colonia Aculco, alcaldía Iztapalapa.
Al principio, algunos de sus familiares pensaron que su no localización se debía a un secuestro y así lo difundieron en redes sociales, sin embargo, tras el hallazgo del cuerpo, dentro de su camioneta en un camino de la alcaldía Tlalpan, la procuradora, Ernestina Godoy, precisó que el joven nunca fue plagiado y que su caso se trató de un homicidio.
Además, precisó que la Procuraduría contaba con dos líneas de investigación, de las que no dio detalles.
Tras el hallazgo del cuerpo y luego de que se difundiera que Leonardo era seminarista, el arzobispo Primado de México, Carlos Cardenal Aguiar Retes, aclaró que se trataba de un joven laico con trabajo apostólico constante, quien al concluir su maestría tenía la intención de ingresar al seminario.
En un comunicado, agregó que de 2009 a 2013 el joven cursó el propedéutico y tres años de Filosofía con los Misioneros de San Carlos, pero en ese mismo año, 2013, pidió un tiempo de discernimiento, del cual no regresó a la congregación.
Además, Daniela Durán, prima del joven, declaró que por vocación, Leonardo realizaba tareas en una iglesia cercana a su casa, sin embargo, continuaba con la intención de convertirse en sacerdote.
kl
