STC Metro llega a medio siglo impulsado por mujeres

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Susana Vega Juárez y Verónica Mendoza hablan de modelos de trenes como si se trataran de nombres de platillos o del algún personaje histórico, de esos fáciles de recordar. Que los MP-68, los NM-73 o el más moderno, el NM-16; se saben las características de los vehículos, aunque, a su parecer, eso no es lo que más ha cambiado en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.

Ellas no ven la evolución del transporte sólo en los tipos de vehículos, sino que la viven desde adentro al pertenecer al creciente grupo de mujeres empleadas del sistema considerado el más importante medio de movilidad para los habitantes de la Ciudad de México. Antes era impensable que las mujeres fueran supervisoras; ahora hay otra visión que les da oportunidades.

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Ambas, trabajadoras del sistema de transporte que hoy cumple sus primeros 50 años, coinciden en que la principal diferencia en el Metro, con el pasar de los años, es que cada vez son más pasajeros, más gente que, a veces, es difícil transportar sin que haya algún problema.

“Del primer día que estuve a ahora, lo difícil es que cada vez somos más, rebasamos la capacidad de transportar a tantos usuarios, se dice que son cinco millones, pero yo creo que ya estamos mucho más arriba de eso”

Susana Vega

Conductora de la L-1

Susana Vega, que actualmente trabaja en el área de transportación y es conductora de la Línea 1, recuerda en voz de sus familiares que, cuando empezaba el sistema, los capitalinos le tenían miedo, no se querían subir a los transportes “y ahora ya no se quieren bajar”.

En entrevista con La Razón, la trabajadora dijo que cada vez es más común ver a conductoras en el Metro; hay apertura de género en todas las áreas, pues de los aproximadamente mil 800 conductores alrededor de 550 son mujeres.

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“Del primer día que estuve —en 2012— a ahora, lo difícil es que cada vez somos más, rebasamos la capacidad de transportar a tantos usuarios, se dice que son cinco millones, pero yo creo que ya estamos mucho más arriba de eso”, acotó.

También consideró que antes había maniobras para quienes manejan los trenes para las horas de alta afluencia. El asunto es que en los últimos años, todas parecen ser “horas pico”.

Explicó que en la Línea 1, la más antigua del Metro, hay unidades de varios modelos.  Están los NM-83, de neumáticos mexicanos, y los NE-92, de neumáticos españoles; actualmente, con las renovaciones, ya cuentan con trenes NM-16, “nuevecito de paquete, tenemos que estar actualizados”.

En ese sentido, destacó que hay capacitación constante para adaptarse a los equipos modernos; pero el proceso es el mismo para conducirlo.

Por otro lado, la maestra Verónica Mendoza tiene una trayectoria de 32 años, siempre en el área de transportes, donde cada vez se abre más espacio para las mujeres y donde ella logró destacar.

Recuerda que, después de siete meses de ser taquillera, entró a una convocatoria para ser conductora, no sin antes pasar por una serie de exámenes exhaustivos.

“En ese año, las conductoras éramos muy pocas; pero con el impacto de que muchas elegían irse a Línea 4 o 6, que son las de poca afluencia. Yo sí decidí irme a la Línea 2, llegué a la terminal de Cuatro Caminos y ahí estuve seis años.

“En ese año, las conductoras éramos muy pocas; pero con el impacto de que muchas elegían irse a Línea 4 o 6, que son las de poca afluencia. Yo sí decidí irme a la Línea 2, llegué a la terminal de Cuatro Caminos y ahí estuve seis años”

Verónica Mendoza

Jefa de la L-1

“Después fui para ser inspectora, lo que implica recibir al personal de conductores y darle itinerario a todos los trenes que estuvieran en la terminal, checar que el personal tenga todo su equipo, como sus botas bioléctricas, que tengan su llave de tren para auxiliar en abrir las puertas cuando jalen la palanca”, recordó.

Posteriormente tuvo la oportunidad de ser supervisora de servicios públicos, siendo la primera mujer en la Línea 1, en la terminal de Pantitlán. Su alcance laboral no fue apreciado por sus compañeros, porque seguían con el rechazo de que hubiera mujeres conductoras y “nos la ponían muy difícil, pero nada que una mujer no pueda superar”. Así pasaron 12 años más hasta que se convirtió en la primera jefa de línea.

Ambas trabajadoras coinciden en que con el transcurso de los años, son tantos los usuarios que entran y salen del Metro que se olvidan de que éste requiere un cuidado del que ellos también son responsables.

El Dato: En su medio siglo de existencia, el Metro capitalino ha crecido 4.5 kilómetros por año hasta sumar 12 líneas, con 195 estaciones y 226 kilómetros de red que conecta a toda la capital.

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