Monumentos históricos que recientemente restauradores habían rehabillitado en Paseo de la Reforma fueron pintados durante la protesta en la que este jueves por la tarde mujeres marcharon contra la violencia de género.
Desde julio pasado expertos trabajan en la restauración de estos basamentos que presentaban pintas y grafitis como parte de un proyecto del gobierno de la Ciudad de México en colaboración con el INAH, que es liderado por Gabriel Mérigo, especialista en restauración.
En total el proyecto contempla la rehabilitación de 72 esculturas de próceres con pedestal, 62 colones con pedestal y 284 metros lineales de bandas de cantera.
“Hay grafitis que hacen que dediquemos hasta dos semanas a un pedestal y hay otros que son más fáciles de retirar. Es una práctica muy costosa porque requiere una restauración minuciosa, especializada para que no vayan a dañar el pedestal más de lo que ya está”, explicó Mérigo a La Razón,, en agosto pasado.
Para el restaurador, la importancia de estos trabajos es que “la gente se enfrente a un Paseo de la Reforma limpio porque el grafiti atrae más pintas, en la medida en que la gente lo vea limpio y lo disfrute de esa manera va a haber menos riesgo de que lo sigan grafiteando”.
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A más de un mes de que colectivos feministas realizaran pintas durante una protesta, este jueves nuevamente salieron a las calles y grafitearon monumentos y estatuas en su exigencia de parar la violencia de género.
Encapuchadas y con la advertencia de que retendrían a los hombres que se acercaran a su protesta, como amagaron el 16 de agosto pasado, partieron del Monumento a la Revolución rumbo al Ángel de la Independencia, pero esta vez no hubo diamantina, ni daños a instalaciones o inmuebles.
Las mujeres caminaron por Insurgentes y después entraron a Reforma, donde comenzaron a hacer pintas, por lo que los ánimos empezaron a calentarse entre asistentes y espectadores, sin embargo, una fuerte tormenta dispersó a las manifestantes.
Menos de la mitad de las 360 feministas que iniciaron la marcha, se congregaron en el Ángel de la Independencia, a pesar de la lluvia, donde ante la falta de la mayoría de los reflectores que siguieron sus pasos, se fueron poco a poco.
Con información de Iván Mejía
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