Al reconocer que las cosas se le salieron de control por no pensar las consecuencias de sus actos Karen Espíndola, la joven de la que su familia denunció su desaparición mientras ella se encontraba en un bar, manifestó sentirse triste y enojada consigo misma por lo sucedido.
“Me equivoqué, la verdad es que no fue la forma de hacer las cosas, jamás imaginé que se me iba a salir de las manos, la verdad es que no pensé en las consecuencias que podía traer”, manifestó en entrevista televisiva.
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Agregó que no fue fácil acudir a rendir su declaración ya que tuvo que reconocer su error y todo lo que ocasionó, “era lo que yo quería, realmente decir la verdad, que sepan lo que realmente sucedió y que me equivoqué”.
La joven de 27 años reconoció que nunca estuvo secuestrada ni desaparecida y que siempre estuvo con unos amigos en un establecimiento al que fueron a beber.
Narró que a las 8 de la noche del martes decidió mandarle el mensaje, que se hizo viral, a su mamá para quedarse más tiempo, "no me imaginé que todo esto se iba a salir de control... lo mandé, no sé, la verdad no lo pensé y apagué el teléfono", detalló.
Agregó que a las 2:50 de la mañana abandonó el establecimiento con sus amigos, y no sólo con un hombre como se muestra en el video que se reveló ayer, para "seguir la fiesta" en casa de una de las mujeres que también iba con ella.
A las 10 de la mañana del miércoles, cuando aún seguían bebiendo, uno de sus amigos le comentó lo que estaba pasando en redes y ella decidió regresar a su casa.
"(Sentí) horrible, para mí fue entrar en pánico porque ya no sabía qué hacer, dije 'hasta dónde llegó esto'", recordó y añadió que tomó su bolsa y quiso irse sola a su casa para no meter a sus amigos en más problemas.
En el camino, pensó qué iba a hacer y optó por dejar sus cosas en un puente peatonal para después tomar un taxi.
Sin poder contener las lágrimas confesó que al llegar a su casa no tenía cara para ver a su familia, especialmente a su papá, quien está enfermo y se encontraba “muy mal”, por eso se encerró en su cuarto y no habló con nadie.
“Todo mundo me preguntaba que cómo estaba, que qué tenía, que qué me había pasado, no te hicieron nada y yo así de… no decía nada”.
Así pasó el día: callada, sin responder las preguntas de nadie, hasta la noche, cuando en televisión y en las redes se difundió el video de las cámaras de seguridad del lugar que corroboraban dónde estuvo. Sintió pena, coraje, "le dio de todo", según sus palabras.
"Quiero pedirles perdón a todas las personas que se preocuparon e hicieron todo esto posible aun yo sin merecerlo porque fue algo que hice mal... a lo mejor todo mundo está enojado conmigo, pero sí pedirles una disculpa y desgraciadamente no fue cierto" .
Luego de la transmisión en televisión de los videos su familia se enojó con ella. Sentían pena por todo lo que hicieron para encontrarla, después vinieron los ataques en redes, especialmente contra su hermano, "por su culpa".
kl