Tras más de dos meses cerrado y en el día marcado como el primero de la transición al semáforo naranja en la Ciudad de México, el tradicional Mercado de Sonora reabrió sus puertas a clientes que acuden a él en busca de hierbas medicinales, amuletos, imágenes de vírgenes o santos y artículos de esoterismo.
No fue un regreso normal: estrictas medidas sanitarias fueron implementadas en el mercado de la colonia Merced Balbuena para evitar contagios de coronavirus, el patógeno causante de la epidemia que obligó a bajar las cortinas del centro comercial que en sus más de seis décadas de historia nunca había cerrado, según lo dicho ayer por Marlene Quiroz López, subdirectora de mercados de la Venustiano Carranza.
Toma de temperatura en el ingreso, uso obligatorio de cubrebocas, sanitización de espacios, aplicación de gel antibacterial, dosificación de clientes: así reabrió el icónico mercado capitalino mientras se encamina a la “nueva normalidad”, anunciada por autoridades.
A pesar de la reapertura, no todos los locatarios regresaron: como condición para operar se implementó un sistema escalonado de números pares y nones (“un local sí, uno no”), para que sólo la mitad de negocios opere al día y así evitar las aglomeraciones que propician los contagios de COVID-19.
Al mercado que también ofrece artículos para fiestas, disfraces y artesanías, no está permitida la entrada a mujeres embarazadas, aunque sí a adultos mayores, “los niños dejémoslos en casa, no los expongamos, el adulto mayor puede venir, si necesita venir acompañado lo podrá hacer, pero tratamos de no tener familias”, dijo Quiroz López sobre la reapertura y sus restricciones.
Tras el cierre obligado por la implementación de la Fase 3 de la epidemia en México a principios de abril, casi 500 locatarios resultaron afectados por la suspensión de actividades en su fuente de trabajo.
Aunque emocionados por la reapertura del Mercado de Sonora, los comerciantes se mantienen a la expectativa de cómo será el regreso o qué tan pronto volverán sus clientes.
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