Las telarañas en postes que se acumulan entre el sistema de luz y de telecomunicaciones constituyen un problema de larga data en la Ciudad de México; además de dar una mala imagen urbana acarrea riesgos por choques eléctricos que pueden provocar la muerte. Aquí se centran los argumentos de una nueva iniciativa en el Congreso local que pretende hacer que el cableado sea subterráneo en toda la capital.
El objetivo, además, es establecer en el marco normativo de la CDMX que todas las obras nuevas de instalación de tendido eléctrico, que impliquen fibra óptica y todo tipo de cableado de carácter público de acceso a unidades económicas, así como de gas natural se realicen también a través de la vía subterránea.
En el largo plazo, reza el proyecto presentado por la diputada independiente Lizzete Clavel y el alcalde de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, se busca que se transite de manera progresiva hacia la instalación subterránea de la infraestructura existente en la ciudad.
Si bien la VII Legislatura de la extinta Asamblea Legislativa del Distrito Federal emitió varios puntos de acuerdo para impulsar el ordenamiento del cableado, éstos no tuvieron ningún efecto en las políticas públicas posteriores.
A finales del año pasado, a nivel federal se presentó una propuesta para modificar la Ley de la Industria Eléctrica, la cual se basa en el proyecto que actualmente se aplica en la avenida Masaryk, en la zona de Polanco de la alcaldía Miguel Hidalgo, donde ya opera el cableado subterráneo como parte de la rehabilitación de la arteria. Sólo en esa zona, el proceso tardó cinco años: inició en 2013 y culminó en 2018.
Esta forma de instalación, 177 años después, y a un mundo de distancia en cuanto a avances tecnológicos, no ha mostrado una actualización acorde a la evolución, en buena parte por la falta de voluntad y en otra bastante activa por la denominada incapacidadLizzete Clavel, Diputada independiente
Con estos antecedentes, la iniciativa recién suscrita se convierte en la primera que busca reformar el cableado capitalino a partir de una ley.
El documento presentado en el pleno del Congreso local pretende agregar dos párrafos al artículo 18 de la Ley de Obras Públicas del Distrito Federal. El primero indica que las obras de instalación de tendido eléctrico que realice la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la Ciudad de México procurarán realizarse de manera subterránea.
Y el segundo se dirige a las empresas privadas, para que las instalaciones de fibra óptica, telefonía, gas natural y otros, invariablemente, sean por debajo del nivel de piso “pudiendo celebrar los convenios público-privados necesarios para el cumplimiento a lo dispuesto”.
Así, se sugiere un modelo de inversión público-privado, similar al empleado en las alcaldías Miguel Hidalgo y en San Miguel de Allende, Guanajuato, en coordinación con las empresas proveedoras de servicios de Internet y telefonía.
Aunque la propuesta no integra un estimado de la inversión que se necesita para esta transformación, sí menciona las pérdidas económicas por el robo de cableado eléctrico en la CFE, que asciende a 62.7 millones de pesos al año; así como de los perjuicios generados por quienes “se cuelgan” de los cables, equivalente a 16 mil 690.43 pesos por minuto.
La diputada Lizette Clavel indicó que el cableado elevado de electricidad tiene altos costos de mantenimiento y produce una afectación a la imagen urbana, además de que este sistema data de hace 177 años, por lo que requiere sujetarse a métodos más actuales y que generen menos impacto en la imagen y en cuestión de protección civil.
“Sería poco respetuoso citar los numerosos accidentes y víctimas por caídas de postes y cables de electricidad, en la elaboración de esta iniciativa encontramos más casos de los que esperábamos (…) Dicha forma de instalación, 177 años después, y a un mundo de distancia en cuanto a avances tecnológicos, no ha mostrado una actualización acorde a la evolución, en buena parte por la falta de voluntad y en otra bastante activa por la denominada incapacidad”, dijo en la sesión ordinaria donde se presentó el plan.
De acuerdo con el Registro Único de Situación de Emergencias de la CDMX, del sistema de Datos Abiertos, de enero de 2018 a agosto de 2020 se reportaron 112 cortos circuitos de cableado aéreo y 90 cables caídos.
De los cortos, detalla la agencia, 111 fueron por fenómenos socio organizativos, es decir, por errores humanos.