Los enfrentamientos entre la fuerza pública y colectivas feministas volvieron a ser foco ayer, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el #25N, donde el hartazgo por los feminicidios, acoso sexual, violaciones, desapariciones forzadas y todos los delitos que hacen eco de la cultura machista en México no dieron lugar “a los buenos modos”.
Sin demora, como ya estaba dicho, alrededor de mil mujeres marcharon en la Ciudad de México, donde la relación manifestantes-policías está más que erosionada. Si bien no llegó al saldo de la marcha anterior, de septiembre, cuando se registraron 43 lesionadas, de las que 23 eran mujeres policía y donde además hubo gases, petardos y un contingente “encajonado”, la de ayer no estuvo exenta de incidencias violentas.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX informó que hubo 11 personas heridas, siete manifestantes y cuatro uniformadas, ningún caso grave. Además, en la plancha del Zócalo, donde aún guarecen adversarios del Gobierno de México, las llamas aparecieron desde las tiendas de campaña del plantón del Frente AntiAMLO, que por algunas horas desapareció de la vista aérea, en medio de la ola furiosa que intentaba llegar al Palacio Nacional. Algunas fueron golpeadas con escudos policiales que intentaban encapsular a Frena, además, con ayuda de gas de extintor.
La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñasONU Mujeres, Declaración oficial por la causa del #25N
La pared policial que resguardaba la sede del Ejecutivo federal no pudo con el enojo de tantas, que derribaron vayas y arrebataron escudos a uniformados. La histórica Puerta Mariana del Palacio, al final, cedió a las manifestantes, quienes exigieron a lo que ellas consideran oídos sordos y ojos ciegos una agenda más ambiciosa para que el país deje de ser un hogar inseguro para ellas.
Una cuarta parte de las manifestantes asistieron encapuchadas y vestidas de negro. La mayoría portaba pañuelos morados y verdes, en pro de la despenalización del aborto.
“Ni una más, ni una asesinada más”, “porque vivas se las llevaron, vivas las queremos”, “abajo el patriarcado, se va a caer, arriba el feminismo, que va a vencer”, coreaban las feministas al salir del Monumento a la Revolución, donde partieron para concentrarse en el corazón de la ciudad.
A las colectivas feministas se sumaron familiares de víctimas de feminicidio y hasta organizaciones sindicales, en un solo grito de justicia. En su paso por avenida Juárez, un grupo vandalizó una tienda de conveniencia y un local de artículos de fotografía. También golpearon con martillos las barreras que protegían inmuebles del Centro Histórico.
También Erika Martínez, madre de una niña que fue abusada sexualmente. Actualmente es una de las que habitan en la Okupa, exsede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
La mayoría de manifestantes se retiró con el sol del ocaso, aunque una parte todavía se enfrentó con elementos de la SCC. Autoridades información que en todo el contingente se desplegaron mil 500 elementos de la Policía de Proximidad, de los que mil 200 fueron del cuerpo Ateneas (las mujeres oficiales).
Previo a la marcha, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, señaló que el dispositivo policial tendría una exclusiva misión preventiva y en caso de que las manifestantes portaran objetos peligrosos, no podrían entrar al Zócalo.