En un mes, capitalinos abren 1,666 establecimientos

Micronegocios libran crisis a duras penas; pequeños no lo logran

Abren en CDMX 1,666 negocios en octubre; son fondas, taquerías...; emprendedores, cuesta arriba para mantener los suyos

Un camión modificado para fungir como puesto de comida, en la colonia Guerrero, en octubre. Foto: Cuartoscuro

Si bien la pandemia apareció como un obstáculo para la economía nacional, en la CDMX, estos meses de contingencia sanitaria alentaron a la proliferación de pequeños negocios en colonias de la capital, desde estéticas, fondas, taquerías, farmacias, incluso consultorios médicos.

De acuerdo con cifras que proporcionó a La Razón la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México (Sedeco), en octubre se registraron mil 666 nuevos micronegocios o los llamados changarros, cifra que supera a las reportadas en meses previos a la emergencia sanitaria.

Según estos datos, en enero de 2020 se abrieron mil 510 negocios nuevos; en febrero, mil 502, y en marzo, mil 357. En abril, cuando se activó la emergencia sanitaria con semáforo rojo, sólo hubo 475, y al mes siguiente se redujo a 396.

Sin embargo, a partir de junio, autoridades detectaron una recuperación paulatina de 787 casos; mil 251 en julio, mil 314 en agosto, mil 327 en septiembre y mil 666 en octubre. Las gráficas de la Sedeco muestran que los giros de los comercios con mayor crecimiento fueron los pequeños y en rubros específicos.

Por ejemplo, los consultorios tuvieron un registro de 26 en enero, 44 en febrero, 48 en marzo; en abril, mayo y junio fueron a la baja, con un promedio de 10 por cada mes; pero en octubre crecieron a 60.

Lo mismo ocurrió con los gimnasios que, cabe mencionar, fueron de los giros más afectados en la pandemia: en enero solicitaron su inscripción en Sedeco 16 de ellos, 14 en febrero y 13 en marzo. En abril y mayo, ninguno, porque fueron de las actividades consideradas no esenciales y se ordenó su cierre; en septiembre creció a 33 solicitudes de registro, mismo número que en octubre.

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Fadlala Akhabani, titular de la Sedeco, señaló a este medio que, según mediciones internacionales, para considerar a una empresa como consolidada ésta debe superar los cinco años. Por lo tanto, las pequeñas empresas dadas de alta este año tienen un largo camino antes de garantizar su permanencia; no obstante, destacó que en la CDMX, la pandemia no frenó la intención de los emprendedores por poner nuevos negocios.

“Es un fenómeno multifactorial el hecho de que, de acuerdo con el registro de empresas en la CDMX que recogió el Inegi las unidades económicas crecieron. Las causas de este incremento son muy variadas, una de ellas es que hubo gente a la que se le liquidó de su empresa y decidió poner un negocio en su casa, un pequeño local, una oficina, un despacho o un negocoo de servicio”, detalló.

En entrevista, el funcionario comentó que también hubo capitalinos que vieron una oportunidad para invertir en algún negocio vinculado con el sector salud y farmacéutico. También destacan las unidades económicas del sector financiero o de telecomunicaciones.

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La otra cara de la moneda

A pesar del crecimiento de pequeñas empresas, Sedeco también registró un cierre de unos mil 800 comercios. La dependencia no cuenta con un diagnóstico de los que están en riesgo; pero hay testimonios que dan cuenta de las dificultades que enfrentan, sin ningún apoyo.

Es el caso de Edith León, quien puso una papelería a inicios de este año entre su cuñado y ella. Todo iba bien, quedaba cerca de escuelas y aunque estaba en una zona peligrosa (la colonia Martín Carrera), los clientes no le faltaban.

“Empezamos con mucha ilusión, la teníamos bien surtida, pasaban de la escuela y compraban hojas, cartulinas y como en dos meses, ¡traz! Todo cambió, no nos quisieron bajar ni una pizca de renta”, comentó. La emprendedora recordó que aunque se enteró de financiamientos del Gobierno, al solicitarlo le dijeron que esperara a una nueva convocatoria.

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Adriana Reza tiene 29 años, 10 de ellos dedicados a hornear pasteles y galletas, la conocen en redes como la Chica Pie, porque vendía cupcakes en su universidad. Hace dos años puso su cafetería en la México-Tacuba, que actualmente está en números rojos, aunque justo por redes es que se ayuda a sacar adelante su negocio; tampoco alcanzó apoyo gubernamental.

Miguel Morales apostó todo a su heladería con un nuevo concepto que requirió mayor capital, ya que contrató a empleados y pagó un espacio en una plaza comercial de la que se tuvo que ir, porque ya no le alcanzó para la renta. Actualmente se encuentra en otro centro; sin embargo, dice, cada día se enfrenta al dilema de seguir o darse por vencido.

“Somos los que menos clientes tenemos, los que más le sufrimos y ahí medimos el pulso de cómo está la economía. La gente no se queda a comer, van por ofertas, entonces si seguimos así, para febrero probablemente ya no sea costeable”, dijo.

  • El dato: Con el tránsito a semáforo naranja, el Gobierno de la CDMX lanzó un cronograma de reapertura de ciertos giros comerciales.
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