Habitantes del Valle de México tendrán que administrar mejor su consumo de agua, pues, el sistema Cutzamala, que abastece a la región, tiene qué recuperarse de la sequía, por lo que autoridades ya trabajan en un plan que permita, por un lado, salvar la red de distribución —que se encuentra en mínimos históricos— y, por otro, satisfacer la demanda de la capital y municipios conurbados.
Víctor Bourguett, director general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, señaló a La Razón que la zona metropolitana más poblada del país no se quedará sin el vital líquido durante 2021, gracias a que se buscará aprovechar otras fuentes de abasto.
En primer lugar, a partir de junio próximo bajará el caudal del sistema Cutzamala que llega a la Zona Metropolitana del Valle de México; pasará de 14.8 metros cúbicos por segundo (en el que se encuentra actualmente) a 13.2, la cantidad más baja desde 2013.
De acuerdo con Bourguett, esto no es sinónimo de cortes de agua, más bien, la cantidad por segundo que salga del caudal será menor, para permitir que el sistema Cutzamala se reestablezca en sus capacidades óptimas.
Mientras tanto, el Valle de México podrá abastecerse también del sistema Lerma, que produce casi 7 metros cúbicos por segundo; 1.2 de éstos se utiliza para suelos agrícolas. En mayo (cuando se reduzca el caudal del Cutzamala) los agricultores terminarán de regar y ese recurso podrá ir a la Zona Metropolitana.
Además, la Conagua y los organismos de gestión en Edomex y el Sacmex, de la CDMX, trabajan en la recuperación de pozos que también son abastecedores.
“La gente prácticamente no va a notar que llega menos agua del Cutzamala, porque llegará de otras fuentes. La Conagua tiene nada menos que alrededor de 182 pozos en todo el Valle de México, tenemos siete acueductos de los que entregamos poco menos de 7 metros cúbicos por segundo”, detalló el funcionario.
Si bien este año hay una reducción del agua en las presas, el suministro a la ZMVM no será como el de 2009, año en que la dotación tuvo que ser de 12.6 metros cúbicos por segundo, el punto más crítico hasta ahora, precisamente debido a la falta del vital líquido.
“No nos vamos a quedar sin agua, lo que vamos a tener es una restricción que normalmente ocurre”, precisó Víctor Bourguett a este medio.
En esta misma línea de esfuerzos, las autoridades trabajarán para hacer más eficiente el trabajo de la planta Los Berros, donde se tiene la mayor pérdida del líquido, debido a los retrolavados.
Las plantas potabilizadoras son las que quitan sedimentos y sólidos suspendidos del agua, los cuales se depositan en unos filtros y normalmente las potabilizadoras tiran el salitre hacia algún arroyo, y ahí llevan agua.
Entonces, lo que ha hecho últimamente la Conagua es recuperar el caudal de los retrolavados una vez que se quitan los sólidos, con lo que se recuperarán 250 litros por segundo que podrán enviarse a la Ciudad de México.
Las conducciones entre las presas también representan pérdidas del líquido, pues en el recorrido del caudal desde la presa El Bosque a la presa Colorines hay usuarios agrícolas que toman ese recurso. En ese sentido, la Comisión negocia con agricultores, para que ellos mejoren sus sistemas de riego y así puedan usar menos agua.
El funcionario comentó que debido a la emergencia sanitaria tuvieron que retrasar algunos trabajos de mantenimiento en la infraestructura.
La pandemia ha provocado una demora en los cambios de tubería vieja que está enterrada y que sabemos que, con el paso del tiempo, sufre corrosión, existen algunos tubos que nos hubiera gustado cambiar, pues sabemos que están con deterioro, lo ideal era cambiarlos en este año; pero no hemos podido, dijo.
Ya que no ha sido posible renovar la red de tuberías, la Comisión Nacional del Agua optó por enfocarse en reforzar otros trabajos, específicamente los que tienen que ver con la construcción de la Línea de conducción número 3 del sistema hídrico del Cutzamala.
El jefe del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México recordó que el Cutzamala tiene 40 años de trabajo ininterrumpido, a través de dos líneas y, para darles mantenimiento, se tiene que reducir el abastecimiento de agua a la población; entonces, la creación de una tercera línea (plan que data de 2017) es necesaria para continuar con estas reparaciones.