Testimonios Metro CDMX

Accidente Línea 12 del Metro: familiares de víctimas cuentan su testimonio con lagrimas

Tras el accidente de la Línea 12 del Metro en la CDMX en La Razón te presentamos algunos testimonios

Tomas aéreas del desplome de la Línea 12 del Metro. Foto: Omar Ávalos.

Patricia llegó antes que su esposo al metro Atlalilco, donde lo esperaría Sergio Alvarado, pero él se retrasó despidiéndose en casa de su madre y su hermana, la última comunicación que tuvieron fue alrededor de las 10:15 de la noche, hasta la madrugada no sabía nada de él.

Él me dijo que se le pasaron dos metros, venía en el tercero y me parece que es este que colapsó, porque yo en Tláhuac sólo vi llegar dos metros, entonces ya no llegó. Cuando yo perdí contacto con él yo iba en esta estación que colapsó y él estaba en Culhuacán
contó Patricia mientras entrelaza sus manos y las frota con fuerza.

La noticia le llegó como impacto, uno de los trenes del metro había colapsado entre las estaciones Tezonco y Olivos de la línea 12, en uno de los vagones viajaba su esposo, un hombre de 38 años que labora en una empresa colocando cámaras de seguridad, padre de una niña de 14 años, quien muestra una foto de Sergio con la esperanza de que alguien lo reconozca.

Cuando nos sacaron del vagón, los policías nos dijeron que había colapsado el metro, entonces yo me fui a mi casa para poderme regresar y comenzarlo a buscar. Mi única esperanza es que él siempre viajaba en el último vagón y parece que los colapsaron fueron los de en medio
dijo Patricia Salinas.

Su viaje la llevó al municipio mexiquense de Valle de Chalco y de regreso a la Ciudad de México, cerca de dos horas de camino para iniciar la búsqueda de su marido, sus cuñados, concuños y su suegra se sumaron.

La madre de Sergio, callada solo escucha y seca con un pañuelo desechable sus lágrimas, no les han dicho que esté herido, pero tampoco saben si está en la lista de personas fallecidas que no han sido identificadas.

Línea 12 del Metro: salió de trabajar y regresó herida por colapso del metro

Lauro Sixto permaneció largas horas fuera del hospital Belisario Domínguez de la Secretaría de Salud Federal, en espera de informes sobre su hija, Jazmín Zuleyma de 28 años.

La joven salió de trabajar de ese hospital y se dirigía a su domicilio en Valle de Chalco, unos minutos después tuvo que regresar a bordo de una ambulancia pues venía herida. Jazmín viajó en el metro que cayó desde una altura cercana a 15 metros, apenas había viajado un kilómetro o menos.

Ella trabaja aquí, como labora en el Insabi (Instituto de Salud para el Bienestar), estaba aquí en el hospital, iba de salida, y agarró el metro ella y su marido los dos trabajan aquí, viven por allá por Chalco
explicó Lauro mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

Narra como fue que enteró del accidente y la angustia de escuchar a su hija herida y quejándose.

“Nos avisaron que las primeras personas que llegaron a auxiliar una de ellas me hizo el favor de avisarme, me dijo que estaba consciente y me dio la oportunidad de platicar con ella, se quejaba mucho mi niña; como pude llegamos porque no se podía creer, era un caos, y mientras la estábamos buscando me llamó una persona para decirme que ya mi chamaca estaba aquí, en urgencias”, contó mientras deja escapar un suspiro.

La conversación con su hija terminó por derrumbarlo, dijo Lauro. Jazmín es la mayor de sus cuatro hijos, pero para él sigue siendo su niña.

Yo le dije, ¿Qué pasó mi niña?, me duele papá, me duele mucho, me decía que el estómago supongo que ahí fue donde se lastimó y ahorita me comentaron que entró al quirófano. Estamos en espera, dios quiera que todo salga bien
señaló Lauro.

Es difícil hablar, se justifica, porque esta joven ha sido su mayor apoyo en el último año, debido a que no tiene un trabajo estable que le permita completar los gastos para su familia.

“Es un poco complicado porque es la mayor de mis hijas y usted no está para saberlo, pero con esto de la pandemia ha sido la que más nos ha echado la mano con esta situación del encierro y la falta de economía; es todo corazón mi chamaca”, concluye Lauro y pide un momento a solas porque el llanto escapa de sus ojos.