César era “el jefe” para sus hijos, un niño de 11 años y una adolescente de 17. Cuando falleció por Covid-19 no hubo rosarios, ni funeral. Sus hijos cambiaron de carácter y para ellos fueron días muy difíciles, especialmente los primeros seis meses después de su partida.
“Por casi seis meses fue muy difícil asimilar que el gran jefe ya no está. Sí había veces que el niño tenía un carácter muy pesado, enojado, todo le molestaba. Adquirió una responsabilidad de hombre de la casa que me está costando quitarle; mi hijo quiso adquirir el lugar, de alguna forma, de cuidarnos”, narra Karina, su mamá.
La adolescente se volvió menos sociable, se encerró en su mundo y habla poco del tema o de nada con su familia más cercana, confesó su madre.
“Era complicado ver todas las situaciones de economía que nos estaban cayendo encima, el querer defendernos aun de la familia y, de alguna forma, defender lo que él (el niño) creía que era de él o nuestro”, detalló Karina.
Como ellos, hay miles de niñas, niños y adolescentes de cero a 17 años que han perdido a sus padres por causa del Covid-19.
Para ellos, tras un año y medio de la pandemia, en la Ciudad de México se han entregado 34 mil 793 apoyos económicos mensuales de la beca Leona Vicario.
El Tercer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, entregado el 1 de septiembre al Congreso capitalino, apunta que, además, se les han brindado seis mil 841 servicios integrales (psicológicos, médicos, odontológicos, recreativos, deportivos y culturales).
La orfandad tiene un impacto psicológico respecto a lo que significa el duelo, y particularmente en Covid ha sido muy difícil, porque no existen los ritos tradicionales del sepelioJuan Martín Pérez García, Tejiendo Redes Infancia en AL y el Caribe
Esta beca también se otorgó a los menores hijos de policías de la CDMX que murieron por coronavirus. En ese rubro, se tramitaron 109 nuevas solicitudes de apoyo.
Juan Martín Pérez García, defensor de derechos y coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, expuso que la situación de orfandad genera condiciones de desprotección y, en consecuencia, la familia puede enfrentar dificultades para continuar el contacto con el menor. Y las afectaciones se extienden en su permanencia en la escuela y en su calidad de vida.
“La orfandad tiene un impacto psicológico respecto a lo que significa el duelo, y particularmente en Covid ha sido muy difícil, porque no existen los ritos tradicionales del rosario, el sepelio y demás, y hace entonces que sea emocionalmente más impactante. Y, por otra parte, hay que tomar en cuenta que, con alta frecuencia, los niños y niñas en orfandad por Covid también son pacientes de Covid, y las secuelas que van a tener o tienen a partir del contagio también van a marcar su calidad de vida y su futuro”, expuso.
El activista destacó la importancia de crear un padrón de niños en situación de orfandad originada por el Covid-19, el cual debe hacerse a nivel nacional, estatal y municipal.
Con ello, consideró, se podría tener un universo total de menores en estas condiciones y así establecer, agregó, metas de población susceptible de brindársele atención, para destinar recursos suficientes; sin embargo, añadió, ningún nivel de Gobierno ha accedido a esta propuesta.
- El dato: En el tercer año de Gobierno fueron atendidos 302 planteles para rehabilitarlos, de los cuales 190 corresponden al programa de mantenimiento de escuelas para el regreso a clases 2021.