Viven en una zona inestable unas 80 mil personas

Alertan estudios: 15 mil en riesgo en la otra cara del Chiquihuite

Análisis de la UNAM también señala zona de inestabilidad y deslizamientos en la parte occidental del cerro; ha habido apuntalamientos

La zona ha tenido intentos de apuntalamiento, con bloques de concreto y otros elementos.
La zona ha tenido intentos de apuntalamiento, con bloques de concreto y otros elementos.

Si bien lo ocurrido el viernes en la colonia Lázaro Cárdenas del municipio de Tlalnepantla, Estado de México, exhibió el peligro de habitar la parte oriental del cerro del Chiquihuite, que tiene riesgos relacionados con inestabilidad y deslizamiento de bloques de roca, esta situación no es exclusiva de esa área, sino que se reproduce, con la misma gravedad, en la parte occidental del cerro —asentada en territorio de la Ciudad de México—, establece un análisis de la Universidad Nacional Autónoma de México fechado en el año 2009.

El Estudio de la Ladera Occidental del Cerro del Chiquihuite, Ciudad de México, Mediante SIG y GPS, reveló que, desde el año 2005, se detectó que la zona occidental del cerro del Chiquihuite, en la colonia La Pastora, hay condiciones de desestabilización del talud y hundimientos progresivos en las partes del terreno con mayor contenido de arcillas.

Expertos que participaron en el estudio, realizado entre el 2000 y el 2005, no detectaron que en ese periodo hubiera importantes deslizamientos en la parte alta del talud, pero no así en la parte baja, donde ubicaron afectaciones por proceso de subsidencia (progresivo hundimiento de la superficie).

Estamos en una zona de riesgo, porque no se ha estabilizado lo que tenemos de la ladera. Por eso son los 200 metros de radio (de desalojo de viviendas)
Samuel Gutiérrez<br>Coord. Protección Civil, Edomex

Sobre el lado oriental, el documento apunta que, en el año 2000, en la colonia Lázaro Cárdenas, del lado oriente del cerro del Chiquihuite -donde ocurrió el desgajamiento el viernes pasado-, ya había ocurrido una muerte por la caída de toneladas de roca y lodo. Al igual que en el percance ocurrido el pasado 11 de agosto, se debió a las intensas lluvias que se registraron en la colonia.

“El Cerro del Chiquihuite es un ejemplo de lo inadecuado que puede ser el establecimiento irregular de miles de familias a lo largo de zonas no aptas para zonas habitacionales”, advierte el texto.

Ambas colonias, Lázaro Cárdenas y La Pastora, suman aproximadamente 80 mil personas.

No obstante, en los últimos años ha habido acciones que han permitido un apuntalamiento de las partes bajas del cerro, con la colocación de bloques de concreto y muros que, sin embargo, pueden no ser suficientes.

Uno de los hechos que marcaron el inicio de acciones de mitigación de peligro fue la caída de un bloque de roca en 1998, que afectó varias viviendas en la colonia La Pastora. En 1999, las autoridades de la Gustavo A. Madero iniciaron entonces la construcción de un muro de amortiguamiento, señala el estudio.

Dos caras de una zona de relativa fragilidad

Los expertos han advertido desde hace varios años sobre el peligro que supone habitar las faldas del cerro.

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En el otro extremo, la última actualización del Atlas de Riesgos del municipio de Tlalnepantla de Baz señala que en la colonia Lázaro Cárdenas Tercera Sección hay una falla geológica, un talud y zonas rocosas. En ambas colonias hay dos taludes alrededor del cerro El Chiquihuite.

Sobre otros tipos de riesgos, la zona de Lázaro Cárdenas tiene una clasificación de “muy alto” en el peligro por inestabilidad de laderas, a pesar de que cuentan con mallas para detener el deslizamiento de rocas.

Ayer, Samuel Gutiérrez Macías, coordinador general de Protección Civil del Estado de México, señaló que en revisiones de las zonas aledañas al lugar del siniestro ocurrido la semana pasada se han encontrado algunas fallas y grietas.

Los hallazgos ya son revisados con drones y serán ingenieros especialistas quienes determinarán las acciones a seguir en esas áreas, que se ubican en un radio de 200 metros a la redonda.

“Estamos en una zona de riesgo, eso sí, es latente, porque no se ha estabilizado lo que tenemos de la ladera; eso sí es un riesgo. Podemos tener una caída pequeña de una ladera que tenemos al lado, y por eso son los 200 metros de radio (de desalojo de viviendas)”, comentó ante medios de comunicación.

El funcionario señaló que ya no hay señal de vida entre los escombros; sin embargo, se continúan los trabajos de búsqueda de tres personas, cuyo domicilio ya fue ubicado por un familiar.

Agregó que las autoridades trabajan en la estabilización de la ladera y se trabaja con la gente de la zona para que los ingenieros civiles puedan contener rocas de más de 200 toneladas.

Sobre el desalojo de familias, detalló que ya llevan notificaciones a 136 viviendas para indicar a los habitantes que salgan de sus domicilios. Hasta el momento, 50 por ciento ha accedido a dejar sus casas. “Tenemos 79 personas en refugios temporales; la verdad es que es algo muy importante. Otras familias nos han comentado que salen con familiares; pero vamos a seguir con el tema de hacerlo, de rectificar, no nos vamos a ir”, expuso.

En la zona se mantienen los círculos de seguridad integrados por la policía estatal, la municipal, así como por elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional. Al momento, no se requiere un apoyo extra para afrontar la situación, dijo.