Iztapalapa y Gustavo A. Madero son las alcaldías en donde más delitos contra la familia se han cometido en el año en la Ciudad de México. En promedio cada día, en la primera, se reportan 16.8 casos de este tipo de ilícitos —entre los que destacan la violencia familiar y el abandono o sustracción de menores— mientras que en la segunda son 12.6, de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia capitalina.
Entre enero y septiembre pasados, en Iztapalapa se reportaron cuatro mil 592 delitos contra la familia; esto representa 17.2 por ciento de los 26 mil 610 delitos de este tipo que se registraron en la Ciudad de México durante el mismo periodo. Con estas cifras, en promedio, cada mes, se reportan 510 delitos en esta alcaldía.
Los meses en los que se tuvo reporte de más delitos en lo que va del año fueron marzo y abril pasado, con 619 y 601, respectivamente; sin embargo, a lo largo de todo el año, esta alcaldía se mantuvo a la cabeza en estos ilícitos, siendo el mes de enero cuando se reportó la cifra más baja, con 344.
El primer lugar en estos delitos en septiembre lo tuvo Iztapalapa -posición en la que se mantiene al menos desde enero del 2018-, pues, pese a que presentó una reducción del 4.7 por ciento respecto al mes anterior, con 440 delitos fue la alcaldía donde más se reportaron, seguida por la alcaldía Gustavo A. Madero, donde se cometieron 393 delitos.
En esta última demarcación han ocurrido tres mil 444 delitos que atentan contra sus familias, en los nueve primeros meses del 2021; es decir, 12.9 por ciento del total en la capital.
En conjunto, estas dos alcaldías concentraron el 30 por ciento de los 26 mil 610 delitos contra la familia que se cometieron en la Ciudad de México en nueve meses.
Juana Juárez Romero, socióloga de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), destacó que la presencia de estos delitos en ciertas demarcaciones de la ciudad tienen que ver con una combinación entre la falta de recursos a los que accede determinada sociedad, la falta de educación y el deterioro económico, el desempleo y la pobreza a la que se enfrentan las familias.
“La educación es un componente que siempre está presente; el tipo de normas que aprendemos y que están en el medio ambiente, y es innegable que Iztapalapa es una de las demarcaciones más grandes; eso también puede ser parte de la explicación de por qué tienen uno de los índices más altos”, dijo a La Razón.
“En la medida en la que cambia el tamaño de la delegación, también lo hacen las problemáticas que tienen a nivel de empleo, educación, de buenas condiciones de vida, seguridad, de qué tan bien están haciendo frente al narcomenudeo, que son factores que influyen en que emerja la violencia”, agregó.
La especialista destacó que el nivel económico puede generar “una enorme frustración” en los habitantes, lo que genera emociones que van desde la molestia hasta la depresión, o, incluso, generar que la persona se convierta en alguien violento dentro de sus círculos más cercanos.
“El hecho de no tener un trabajo, de no tener cómo pagar la renta, pagar la comida de mis hijos, no es nada sencillo, pero se trata de un problema social. La violencia no la podríamos entender como un problema estrictamente individual, sino que es el resultado de una condición social”, explicó.
- El dato: El tamaño de una demarcación es un factor que eleva los problemas en educación, empleo, buenas condiciones de vida y seguridad, estimó la socióloga Juana Juárez, de la UAM.