Transporte concesionado

Sanciona CDMX a 78 transportistas por incumplir acuerdos

En día 1 de alza de tarifa, Semovi revisa mil 56 unidades; van dos al corralón; La Razón constata que muchos conductores no cumplían con requisito de usar uniforme

Un camión de transporte concesionado de pasajeros, con vidrios polarizados 
y sin defensa delantera, arriba al paradero del Metro Constitución de 1917, ayer.
Un camión de transporte concesionado de pasajeros, con vidrios polarizados y sin defensa delantera, arriba al paradero del Metro Constitución de 1917, ayer. Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

Este miércoles entró en vigor el incremento en la tarifa de los microbuses pero también las nuevas disposiciones oficiales, las cuales no fueron cumplidas por muchos de los operadores del transporte concesionado.

Durante un recorrido que hizo La Razón por varias terminales, se pudo constatar que muchos conductores ignoraron la obligación de portar uniformes: traían chamarras, pants, gorras y muchos ni siquiera portaban cubrebocas.

También los hubo que lavaron sus unidades para que lucieran impecables, pero había muchas otras que estaban sucias y con cristales polarizados.

En general, la mayoría de los operadores no cumplió ayer con las nuevas disposiciones, en especial con el uso de uniforme y con evitar circular con los vidrios polarizados.

Algunos usuarios se quejaron de que les cobraron un peso más a partir de ayer, cuando, dijeron, las unidades estaban en mal estado y los conductores no eran amables.

Pero también hubo quienes respaldaron el aumento, como la señora Rosa Morales, de 63 años, quien mientras se dirigía hacia la Central de Abasto dijo a este diario que aunque pagar un peso más afectaba su economía, también los conductores necesitaban ganar más, “porque la gasolina está cara”.

Otra usuaria, Norma Angelica Ruiz, explicó que todos los días gasta 58 pesos en trasladarse de su casa al trabajo y viceversa, pero con la nueva tarifa pagará 62 pesos, que a la semana sí se verá reflejado en su bolsillo.

“Esta caro y sigue siendo el mismo servicio, inclusive ahorita mucha gente que no sabía los bajaron del camión por no tener ese peso de más y pues hay que pagarlo, pero pues no se me hace justo”, comentó a este diario.

En tanto, desde las siete de la mañana, personal de la Secretaría de Movilidad (Semovi) de la Ciudad de México colocó en algunas unidades letreros con la nueva tarifa, que va desde los cinco hasta los ocho pesos, según el recorrido.

Sin embargo, las cartulinas fueron insuficientes, ya que al mediodía muchos de los conductores aún no contaban con la suya, por lo que improvisaron y, con plumones de color verde y blanco, escribieron en los parabrisas o en los cristales laterales los nuevos costos.

En el paradero de Santa Martha Acatitla no se realizaron operativos y tampoco se entregaron señalizaciones, mientras que en el Cetram de Constitución de 1917 las autoridades sí llegaron a pegar las etiquetas, pero sólo alcanzaron para 50 unidades de las más de 300 que había en el lugar. Lo mismo sucedió en el paradero del Metro Zaragoza.

Por otra parte, también hubo muestras de inconformidad de parte de los conductores, quienes consideraron que un peso no hace la diferencia, pues así como aumentó el pasaje, también los dueños de los microbuses les subieron la cuenta.

Eso fue lo que alegó Luis Andrés Valadez Carranza, conductor de la Ruta 5, quien aseguró que ahora, a partir de la entrada en vigor del aumento, deberá pagar mil 300 pesos al día de cuenta.

Por su parte, el Gobierno capitalino informó que ayer la Semovi realizó 479 revisiones, tras las suspendió 30 unidades. Según las autoridades, el 93.7 por ciento de los vehículos revisados cumplió con lo acordado: uniforme, licencia, póliza de seguro y viajar sin acompañante.