Ante la escasez de agua que se vive en la Ciudad de México en parte por la sequía que enfrenta desde 2019, hace falta tomar nuevas medidas, como aumentar la cantidad de agua tratada o la colocación de doble drenaje que disminuya el desperdicio de este líquido, consideró Jorge Fuentes Martínez, director de proyectos del Consejo Consultivo del Agua.
“La Ciudad de México es de las urbes donde menos tratamos el líquido y eso es muy grave, porque a esa agua que ensuciamos y desechamos por los ríos hasta el mar, le podríamos estar dando un segundo o tercer uso. El futuro de las aguas en el país está en la reutilización del agua, actualmente tratamos a nivel nacional el 35 por ciento, mientras que la Ciudad de México anda en una cifra un poco más bajo, como por el 30 por ciento”, comentó.
Aunque advirtió que hacen falta más políticas públicas respecto al tema, el especialista resaltó que el cuidado es un asunto de corresponsabilidad, por lo que también le compete a los ciudadanos. “No hemos logrado convencernos de la importancia que tiene hacer un mejor uso del agua. Todas las acciones que puedan hacer los capitalinos para evitar el desperdicio son de utilidad, “remarcó.
En entrevista con La Razón, el especialista destacó que hay colonias de la capital donde aún el consumo de agua es “altísimo”, lo que implica un mal uso y mucho más desperdicio, mientras que otras, por ejemplo en zonas de Iztapalapa o la Gustavo A. Madero, no siempre llega el agua.
“Para darnos una idea, el consumo promedio de la Ciudad de México es de 250 litros por habitante, por día, en promedio, pero tenemos zonas en donde llega a haber consumos de hasta 450 litros por persona, es más del doble de la media, y se llega a desperdiciar”.
Aunque la Ciudad de México está “muy lejos” de sufrir escasez de agua de manera grave, como se ha visto en otras partes del país, por ejemplo en Nuevo León, Fuentes Martínez advirtió que ya hay alerta en la capital debido a la falta de lluvias que no ha permitido el llenado de presas, por lo que es necesario una reorientación de las políticas públicas en la materia.
“Se prenden focos de alerta, no diría que estamos ni siquiera cerca de una situación como la de Monterrey, pero no podemos no atender estas emergencias. Normalmente los periodos de sequía son de tres a cuatro años, entonces nos quedaría un año más para saber qué consecuencias vamos a tener”, indicó.
El especialista señaló que el impacto de la falta de lluvias y las sequías, aunque sí se resiente de manera inmediata, trae sus principales consecuencias hasta el año posterior.
“La sequía del año pasado tuvo una intensidad comparable a la peor que ha tenido el país, que fue en 2013, entonces las consecuencias las vivimos ahorita porque las presas no se alcanzaron a llenar. Además, hay información del propio Sistema de Aguas de la Ciudad de que las lluvias han disminuido en los últimos ocho años”, explicó.
Fuentes Martínez indicó que es “muy importante” que la Ciudad de México refuerce la política de conservación de uso de suelo, de ahí que los convenios en materia de agua que se han llevado a cabo entre la capital, el Estado de México y Michoacán resultan indispensables “para la conservación de los lugares de donde nace el agua que estamos consumiendo”.
- El dato: En la última semana, el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México redujo el suministro a la Zona Metropolitana, el cual pasó de 13.2 a 12.9 metros cúbicos por segundo.